El método de Morelli consiste en concentrarse en los detalles menores,
especialmente en los menos significativos del estilo típico de la escuela del
pintor, dejando de lado el método habitual de concentrarse en las
características más obvias de las obras.
A pesar de las proezas de su método,
este fue muy criticado y cayó en desgracia.
La comparación entre el detective y el especialista en arte no es
ociosa, en cuanto que ambos se dedican a descubrir, a partir de indicios no
observados por nadie más.
¿Qué significaron los ensayos de Morelli para un Freud todavía joven,
todavía alejado del psicoanálisis? El propio Freud nos lo dice: la propuesta de
un método interpretativo que se basaba en considerar los detalles marginales e
irrelevantes como indicios reveladores. Un método donde detalles considerados
hasta entonces por todo el mundo como triviales y carentes de importancia,
“indignos de ser advertidos”, proporcionaban la clave para acceder a los
productos más elevados del espíritu humano.
èEn los tres casos
unos detalles minúsculos proporcionan la clave para acceder a una realidad más
profunda, inaccesible por otros métodos:
- para Freud, estos detalles son síntomas,
- para Holmes pistas, indicios y
- para Morelli rasgos pictóricos.
¿Cómo se explica esta triple analogía? En los tres casos podemos
invocar el modelo de la semiótica médica, o sintomatología, la disciplina que
permite establecer un diagnóstico, aunque la enfermedad no sea observable
directamente, sobre la base de unos síntomas superficiales o signos.
Hacia finales del siglo XIX ese enfoque semiótico tuvo una gran
influencia en el campo de las ciencias médicas, aunque su origen era mucho más
antiguo.
Durante miles de años la humanidad vivió de la caza. En el
curso de sus interminables persecuciones, los cazadores aprendieron a
reconstruir el aspecto y los movimientos de una presa invisible a través de sus
rastros. Aprendieron a husmear, a observar, a dar significado y contexto a la
más mínima huella.
Regresando a la semiótica médica, la encontramos en toda una
constelación de disciplinas con un carácter común.
En estas formas de conocimiento mesopotámico existía un auténtico
terreno en común: un enfoque que implicaba el análisis de casos particulares,
que podían reconstruirse sólo a través de huellas, síntomas, indicios.
En suma, es legítimo hablar de un paradigma indiciario o adivinatorio
orientable hacia el pasado, el presente o el futuro, según el tipo de
conocimiento invocado. Este territorio está delimitado por términos como
conjetura, juzgar por signos, etc.
A este paradigma indiciario se le opone la aparición de un nuevo
paradigma científico basado en la física de Galileo:
- mientras que el paradigma indiciario
se dedica a lo cualitativo, el caso o situación o documento individuales en
cuanto individuales,
- el método
galileano se basa en el uso de las
matemáticas y del método experimental, que implica la necesidad de hacer
mediciones y de repetir fenómenos.
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