La etnometodología
El contexto y
el lenguaje, la escena social y la acciónà se determinan
recíprocamente, están conectadas entre sí.
Reciprocidad y
“provincias de realidad” son dos temas presentes en la etnometodología.
El termino
“etno”à se refiere a la disponibilidad que un sujeto tiene de
conocimientos y sentido común sobre su sociedad.
La
“metodología”à está compuesta por las actividades prácticas y por sus
propiedades formales, por los conocimientos de sentido común, por el
razonamiento práctico.
La
etnometodologíaà es el estudio de los modos en que se organiza el
conocimiento que los individuos tienen de los cursos de acción normales, de sus
asuntos habituales, de los escenarios acostumbrados.
Cuando a
propósito de las actividades cotidianas se habla de algo que es “de hecho”, que
es “fantasía”, que es “evidente”, o que representa una buena demostraciónà se entiende que todo esto se ha hecho visible y
“comentable”, observable y contable.
La
“metodología” que todo miembro social posee como fundamento de la propia
competencia, está compuesta por las prácticas comunes con las que las
propiedades racionales de la vida cotidiana y del sentido común permanecen como
susceptibles de observación y se hacen objetos de informe.
Los hechos sociales como realizaciones prácticas.
La
etnometodología tiene como objeto de estudio empírico las actividades
prácticas, las circunstancias de cada día, el razonamiento sociológico que
habitualmente desplegamos en los asuntos ordinarios: reserva para las
actividades más comunes de la vida normalmente concedida a los sucesos
extraordinarios.
El análisis por
ella desarrollado es enfocado desde una máxima cognoscitiva de tipo: trata los
hechos sociales como realizacionesà es aquello que
normalmente se ve como “cosas”, “datos” o “hechos”.
El
etnometodólogo ve y trata de ver los procesos mediante los cuales se crean y
sostienen de manera constante las características de escenarios socialmente
organizados.
Los ambientes
en los que nos movemos, hablamos, las personas con las que estamos en
interacciónà representan para nosotros un universo normal, al cual
aplicamos conocimientos comunes, dadas por descontado.
Las practicas,
los métodos con los que planteamos la normalidad, continuidad y estabilidad de
la realidad social de la vida cotidiana, son el objeto del estudio
etnometodológico.
La naturaleza
regulada de las relaciones sociales es secundaria respecto al trabajo con el
que se establece un mundo de sentido común, un escenario de apariencias
normales, un conjunto de conocimientos dados por descontado.
La
etnometodología:
àse presenta como un viaje por el mundo del sentido
común.
àindica el estudio (conducido según algunas
orientaciones específicas) de la actuación práctica en la vida cotidiana y de
los fenómenos, problemas, resultados y métodos que acompañan el uso de tal
actuación.
·
Propone
analizar cualquier coyuntura social.
·
Los sujetos de
una ordenación social organizada están continuamente comprometidos en el
decidir, reconocer, evidenciar el carácter racional de su forma de actuar.
Toda observación sobre la racionalidad del comportamiento en la vida
cotidiana no es sino una glosa acerca de fenómenos de organización sobre
conjuntos de prácticas realizadas por los sujetos.
·
Rechaza el
punto de vista según el cual la eficiencia, la concreción, la coherencia, la
uniformidad, la reproductibilidad de las acciones son fijadas, categorizadas
sirviéndose de una regla y de un modelo obtenido independientemente de la
situación en que tales propiedades son reconocidas, usadas, etc.
Toda propiedad “racional” de la acción es considerada como una
realización contingente de prácticas comunes organizadas socialmente.
·
Propone la
hipótesis de que cada situación social ha de ser considerada como auto-organizada
en cuanto al carácter inteligible de sus propias apariencias.
Los modos en que se organiza una situación coinciden con los métodos
que utilizan los sujetos para poner de manifiesto que los caracteres de la
situación consisten en conexiones claras, coherentes, coordinadas,
reproducibles, etc.
·
Una constante
realización de las actividades organizadas de la vida cotidiana es la de
demostrar la racionalidad y comprensibilidad de las expresiones y de las acciones
indexicales.
Lo que
diferencia el estudio etnometodológico de otras (micro)sociologías es que el
centro de su indagación es el proceso con que los miembros sociales producen y
sostienen un sentido de la estructura social en la cual interaccionan.
El carácter
“obvio” y “natural” del mundo social en que los actores operan es el resultado
de prácticas sociales difundidas que constituyen el elemento esencial de la
competencia de sujetos socialmente educados.
Lo que todos saben.
El mundo de la
vida cotidiana (conocido en común con otros, y en conjunto con ellos dado por
descontado) representa la escena de un orden social y moral en que el individuo
se coloca.
El análisis
etnometodológico de los conocimientos de sentido común y de la actitud natural
trata de describir el punto de vista del sujeto, su percepción de la realidad
socialà “el elemento crucial y más sutil del mundo cotidiano
dado por descontado es el hecho de que éste se dé por descontado”.
Lo que cuenta
no son las interacciones y sus momentos, sino todo ese conjunto pre-científico
que hace reconocible un escenario social y lo que en él sucede.
Es una
(micro)sociología que se concentra sobre el equipaje de conocimientos y
operaciones mínimas, elementales, primarias que es necesario llevar en todo
intercambio social.
La
etnometodología es el estudio de los conocimientos de sentido-común que usamos
en las prácticas cotidianas, incluidos los resúmenes, las explicaciones, las
glosas con que reconstruimos la racionalidad de tales prácticas.
La “actitud
natural ve los caracteres de las situaciones sociales particulares como
productos de la sociedad que está alrededor /// mientras la actitud metodológica
ve los elementos de la sociedad que hay alrededor como productos de
particulares situaciones sociales”.
Actitud naturalà el mundo del sentido común, el mundo cotidiano como es
conocido y visto por el sujeto en el alcance de los fines prácticos de sus
acciones.
Cuando un
acontecimiento/acción/estudio, se presenta como conocido en común con los otros,
pertenece a lo que saben todosà se funda sobre
algunos presupuestos que constituyen los caracteres decisivos de los
acontecimientos del mundo de sentido común.
Frente a la
ruptura de la actitud natural, el sujeto puede asumir otra actitud para
restablecer la “cotidianeidad de los acontecimientos”à puede redefinir la realidad social, cambiar las reglas
del juego estableciendo unas nuevas.
Hay
dificultades:
p/e
que el proceso de redefinición debe ser llevado a cabo en coordinación y de
acuerdo con los otros, que requiere un cierto tiempo, y que el sujeto debe
suponer y asumir la existencia de una validez consensual de la nueva realidad
así definida.
La reflexividad.
Es una práctica
cotidianaà el uso cotidiano, normal, del lenguaje, representa
inevitablemente tanto una descripción de las escenas de interacción social como
un elemento de estas mismas escenas que aquél consigue ordenar.
Un enunciado no
“transmite” solo una cierta informaciónà sino que al
mismo tiempo crea un contexto en el cual la información misma puede aparecer.
El conocimiento
de sentido común de los hechos de la vida social es para los miembros de la
sociedad un conocimiento institucionalizado del mundo real.
No sólo
describe una sociedad que es real para los sujetos, sino que las características
de la sociedad real son producidas por la adhesión motivada de las personas a
tales expectativas de fondo.
Según esta
perspectiva me parece útil recurrir al concepto de asunción incorregible para
ilustrar el de la reflexividad: la actitud natural funciona incorregiblemente.
Es la
incorregibilidad de las asunciones adoptadas por nosotros la que nos hace
considerar la suya como fruto de superstición, ignorancia, atraso, ingenuidad,
etc.
Las actividades
con que los miembros producen y tratan escenas de acontecimientos cotidianos
organizados son idénticas a los procedimientos que los sujetos usan para hacer
tales escenas “explicables”.
El carácter
reflexivo de las prácticas de resumen constituye el punto crucial de este
enfoque.
Cuando se habla
del carácter reflexivo de las prácticas de resumen se entiende que los
resúmenes (las justificaciones, las explicaciones, las exposiciones) de los
actores sociales son elementos constitutivos de aquello de lo que éstos son
resúmenes, de aquella realidad a propósito de la cual estos resúmenes hablan,
proporcionan descripciones, explicaciones, conexiones, etc.
Damos por
descontado este “hecho” cada vez que asumimos y usamos recíprocamente este
conocimiento para realizar cualquier secuencia de acción.
En el rendir de
cuentas de las acciones (en el explicarlas de forma racional) los sujetos
producen la racionalidad de tales acciones y a la vez convierten la vida social
en una realidad comprensible.
El problema de
la reflexibidad se deja sumergido en el saber común que nos enseña que “todos
los hombres razonables actúan así”.
El tratamiento
de la reflexividad en las interacciones y en el uso habitual del lenguaje la
esconde, remarcando la asunción incorregible de una realidad social objetiva y
compartidaà el interés etnometodológico es el de hacer observar el
carácter reflexivo de las actividades prácticas.
La indexicalidad.
En el uso común
del lenguaje, algunos términos dependen para su significado de la situación específica
en que son empleados.
Personas/sucesos/hechos/procesosà son así indicados e identificados con relación a un
tema particular.
Los pronombres
personales son el primer punto de apoyo para esta aclaración de la subjetividad
en el lenguaje.
Las expresiones
indexicales son lógicamente las que marcan la inserción de las frases, de los
textos y de su significado en la ocasión en que se enuncianà la naturaleza indexical del discurso indica que éste
está marcado por las referencias de persona, espacio, tiempo que lo sitúan en
un contexto.
La indexicalidad
constituye uno de los mayores obstáculos que la elaboración metodológica en
sociología está obligada a superar: los estudios metodológicos se han dedicado
al intento de remediar, de sustituir las expresiones indexicales con términos
objetivos no ligados al contexto de enunciación del discurso.
Pero esta
preocupación metodológica es propia también de las situaciones normales de vida
cotidiana, en que los participantes en una conversación están a menudo absortos
en entenderse, en aclarar las ambigüedades e imperfecciones derivadas del uso
de expresiones indexicales.
El hecho
crucial es que la naturaleza indexical del discurso común y de las prácticas
cotidianas es ineludible e ineliminableà cualquier
actividad, acción o discurso es una actividad situada, realizada en un contexto
cuyo significado es descriptible, solamente mediante el uso de elementos
indexicales.
En la vida
cotidiana nos encontramos frente a una tarea análoga a la del sociólogo o del
investigador profesionalà superar la
indexicalidad omnipresente e ineludible, para poder proporcionar una
demostración adecuada del carácter racional, reconocible, típico del propio
modo de actuar.
La
etnometodología es el análisis de las propiedades racionales de las expresiones
indexicales y de las acciones prácticas, entendidas como progresiva realización
de prácticas organizadas de la vida cotidiana.
Lo que nos
interesa no es cómo desarrollar construcciones racionales del actor, para
explicar la regularidad del comportamiento humanoà sino cómo los componentes de las diversas
organizaciones usan las ideas y el lenguaje de la racionalidad para encontrar y
describir el carácter más o menos ordenado de esos ambientes organizados en que
actúan.
La
indexicalidad del lenguaje y de la acción adquiere consistencia y opacidad al
presentarse como conocimientos de sentido común, como lo que es dado por
descontado, por “todos saben”.
No se empieza
desde cero cada vez, el lenguaje no es algo nuevo, ni el actuar contextual se
presenta en cada acontecimiento “extraño”/incomprensibleà los resúmenes, las explicaciones, las justificaciones (que
constituyen la mayor parte de nuestros razonamientos) establecen la posibilidad
de reconocer, valorar, etc.
Tal posibilidad
no se encuentra en el interior de las escenas y de los razonamientos, sino que
es el resultado del trabajo con que se plantea la descriptibilidad,
comprensibilidad de acciones y lenguaje.
Las
observaciones sobre el carácter indexical del discurso y de la interacción son
importantes por dos motivos:
·
Indican una
radical atención hacia la importancia del lenguaje como elemento fundamental en
el estudio de las relaciones sociales.
Es a partir de la consideración de la indexicalidad en el discurso
cuando Garfinkel saca sus conclusiones sobre el carácter de “realizaciones prácticas”
que asumen los elementos de la realidad socialà la indexicalidad no es una fastidiosa imperfección del
lenguaje, sino un elemento que caracteriza el trabajo de construcción de la
realidad social llevado a cabo por los sujetos.
·
Si se considera
cierto que la naturaleza del discurso y de la acción en los escenarios sociales
es irremediablemente indexical, cambiará con ello la forma de entender la norma
social y la relación entre el actor social, la norma y el comportamiento.
La inadecuación de todo conjunto de reglas y la ligazón entre tal
conjunto y el carácter permanentemente problemático de la contingencia de cada
situación son los conceptos clave del término indexicalidad.
¿Qué orden social?
El uso que los
miembros sociales hacen de las reglas muestra que hay un continuo trabajo de
adaptación, ajuste e interpretación del significado y de las prescripciones de
la regla a la situación actual.
Más que ser
aplicadas, las reglas son invocadas y usadas para afirmar y describir la
racionalidad, coherencia, justeza, etc., de los cursos de acción.
La
etnometodología está particularmente atenta a este fenómenoà desde su punto de vista las normas son intenciones
abstractas que (encalvadas en la indexicalidad de los contextos de uso)
necesariamente deben ser especificadasà en cada
situación contingente en que una norma social es aplicable, el sujeto la
encuentra en pate vaga e inexplícita.
Las reglas
tienen “contornos confusos” que son completados por los actores de acuerdo con
sus actividades prácticasà sin este
trabajo la regla no tiene significado: las reglas no hablan nunca por sí
mismas.
Solamente en su
conexión con escenarios específicos y en boca de actores específicos éstas
encuentran una voz.
Un
comportamiento acorde con las reglas manifiesta la existencia de un orden
social explicable con el aprendizaje por parte de los sujetos de los modelos de
comportamiento coherentes con el conjunto de reglas existentes.
Si el
orden existe “fuera de aquí” como
realidad subsistente por sí misma, para comprenderlo es necesario dar cuenta de
las reglas sociales que son llevadas a cabo en las interacciones.
El orden social
es un orden descrito, una regla declaradaà un sentido en
que un orden y una regla han sido seguidos al verificarse ciertos
comportamientos: no es un orden encontrado, sino realizado.
Los procedimientos “ad hoc”
En la vida
cotidiana poseen importancia las formulas de “etc”, “a menos que”, “déjalo así”à llama a estas consideraciones “ad hoc”.
Cuando se trata
de seguir determinadas instrucciones, cuando se debe realizar un comportamiento
regulado, las consideraciones “ad hoc” están siempre presentes.
Se tratan como
residuos de imperfectas aplicaciones de las reglas.
Se usan con el
fin de reconocer aquello de que las instrucciones están hablando en última
instancia.
Estas operan
como las bases y los métodos para hacer avanzar y garantizar las pretensiones
de los investigadores de haber codificado de acuerdo con criterios necesarios y
suficientes.
No son
fastidiosas imperfecciones que atentan contra la formalidad y carácter absoluto
de la norma, sino más bien una condición de su reconocibilidad y
practicabilidad.
Estas no
describen los modos en que las reglas son infringidas, violadas, sino más bien
el modo en que funcionan concretamente, el modo en que se reconoce la
existencia de una norma y su significado.
La cláusula del etcétera.
Los procesos de
comprensión que se realizan en la vida cotidiana funcionan como un acuerdo para
las personas implicadas, solo en tanto en cuanto las condiciones estipuladas
comportan una cláusula implícita, pero recíprocamente comprendida, que es la cláusula del etcétera.
Esta
proporciona la certeza de que constantemente están disponibles condiciones no
precisadas, por medio de las cuales un acuerdo puede ser leído
retrospectivamente para hallar en él aquello en que consistía realmente el
acuerdo en primer lugar y durante toda su vigencia.
La consistencia
y relevancia de la regla del etcétera está generalizada y caracteriza el orden
social en cuanto conjunto de actividades gobernadas por reglas.
Funciona como
el ámbito de los términos no establecidos del contrato que toda norma plantea.
Coloca a las
reglas en un “marco” de un acuerdo entre los sujetos de interactuar de acuerdo
a ellas.
èSe puede reconocer en la cláusula del etcétera algo
similar al concepto de frame (Goffman):
ambos ilustran la forma en que funcionan las interacciones reguladas en
las escenas sociales, en el frame que establece los limites y el ámbito en que
se sitúa la escena, representando el etcétera una parte implícita del
funcionamiento del orden interaccional.
Las prácticas de glosa.
Los fenómenos
explicables son de arriba abajo realizaciones prácticas.
Hablamos de
trabajo a propósito de tales realizaciones para acentuar el énfasis sobre ellas
como cursos de acción que se desarrolla progresivamente.
Tal trabajo es
desempeñado como montaje de prácticas mediante las cuales los locutores, en las
situaciones contingentes de discurso, significan algo distinto de aquello que
ellos mismos pueden decir con ese número de palabras, es decir, como practicas de glosa:
-
Son métodos
para producir comprensiones observables-referibles en el seno del lenguaje
natural.
-
Constituyen
múltiples modos de evidenciar que es comprendido el discurso y de que forma.
-
No son un
fenómeno ocasional, raro, sino más bien son constantemente realizadas en cada
situación de uso del lenguaje.
-
Son reconocidas
por los miembros como elementos constitutivos de la conversación en que son
realizadas.
èA través de las practicas de glosa, los resúmenes, las
explicaciones, el interés de la etnometodología se concentra sobre los modos en
que los sujetos afirman, reconocen y negocian la existencia de reglas y de
normas sociales.
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