13.5.13

Portantiero -

En 1974 se publicarán en Italia los cuadernos de la cárcel de Gramsci en los que aparecerán sus preocupaciones teóricas sobre lo que el considerara como desviaciones sectarias y economicistas de los análisis de los partidos comunista italiano y de la Internacional sobre las repercusiones políticas de las crisis del 30.
Condenado a 20 años de prisión en 1928, con dolores físicos, aislado por sus compañeros por criticar los giros tácticos sectarios de la internacional comunista, escribirá  más de 33 cuadernos. 
Las hipótesis gramscianas que se desarrollaran en los cuadernos carcelarios giran en torno de 3 ejes temáticos en los que logra incorporar elementos renovadores dentro del marxismo sea en su variante socialdemócrata o leninista. Estos conceptos son los de dominación, crisis y cambio social. Su punto de partida es una reformulación del modelo determinista de relación entre base económica y superestructura a fin de depurar el marxismo de sus incrustaciones economicistas  que le impiden apreciar la diversidad de los hechos históricos. Para Gramsci la dominación social (referida a posiciones de clase) solo  puede ser  entendida con una redefinición de concepto de estado que supere la visión unilateral de instrumento directo de control y reproducción de la sociedad por una clase económicamente dominante. Rehabilitara la distinción hegeliana entre sociedad civil y sociedad política y propondrá una definición mas amplia del estado-dominación como articulación entre instituciones privadas de la sociedad civil (familia, escuela, medios de comunicación) e instituciones publicas de la sociedad política que conforman al estado como aparato de gobierno.
La dominación seria para este autor la articulación entre ambas instancias que en conjunto formarían un modelo de hegemonía como dirección moral y cultural de la sociedad. Conformaría un bloque histórico orgánicamente interrelacionado en sus rasgos materiales y culturales.
Una crisis de dominación solo puede ser entendida como crisis de hegemonía, crisis orgánica, (crisis del estado en su conjunto) y no como efecto mecánico de una crisis económica sobre los otros subsistemas sociales. La lucha por el cambio revolucionario es para Gramsci un conflicto que nace en las instituciones de la sociedad civil  para ir construyendo una voluntad contra hegemónica que unifique cultural y políticamente a las clases subordinadas como alternativa a la dominación en curso. Dicha voluntad debe encararse en el Nuevo Príncipe, el partido político moderno que proyectará los elementos dispersos de las luchas de clases en el marco de una revolución intelectual  y moral.

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