Palo Alto
Varios miembros de la universidad se establecerán
progresivamente en Palo Alto, una pequeña ciudad de San Francisco. Muy cerca se
encuentra la universidad de Standford, así como un hospital psiquiátrico donde
Bateson trabajará a partir de 1949.
De Cambridge a Palo Alto: Gregory Bateson
1904, familia de la gran burguesía intelectual inglesa. El
abuelo era el director del St. John’s College, en Cambridge. El padre estudia
zoología y pronto se convierte en una especie de francotirador en esa
disciplina, combatiendo las teorías darwinianas. Progresivamente adquiere una
reputación internacional por sus trabajos de genética. Toda su familia vive al
ritmo de este hombre y sus hijos, entre ellos Gregory, se inician desde la
infancia en ciencias naturales.
Gregory, también adquiere la formación de zoólogo y a sus
20 años (1924) parte hacia Galápagos siguiendo las huellas de Darwin. Sin
embargo, en 1925 decide abandonar las ciencias naturales e iniciar el tercer
ciclo de antropología. En 1927 parte hacia Nueva Guinea, donde aún actúan los
cortadores de cabezas. Convive con varias tribus, entre las que tropieza no
tanto con la reserva de sus miembros como con su propia conciencia de que es un
intruso.
Sin embargo, acumula una suficiente cantidad de datos
para redactar, a su regreso a Cambridge en 1930, una tesis sobre los Iatmul. La
cultura de invernadero de Cambridge le asfixia rápidamente. En 1932, regresa al
río Sepik. Pero la soledad, su falta de confianza y su escepticismo con
respecto a las teorías en curso minan su trabajo. La víspera de navidad, la
pareja de antropólogos Margaret Mead y Reo Fortune, que trabajan en la misma
región, llegan al campamento de Bateson y deciden, luego de una larga charla,
trabajar en colaboración. Se establece una armonía entre Bateson y Mead,
mientras Fortune queda de lado. En 1934 se divorcia Mead de Fortune y ésta se
casa con Bateson en 1936 y parten juntos para una nueva investigación en Bali.
En 1935 escribe Navenà
Bateson no se contenta con reproducir su experiencia en el seno de una cierta
cultura a través de descripciones y extractos de entrevistas, sino que trata de
construir una teoría de la cultura que rebase de lejos el marco de la sociedad
estudiada. Ilustra esto el concepto de “cismogénesis”à Estudio de la génesis de un
cisma en el seno de un sistema social. Distingue una cismogénesis simétrica en
la que los interactuantes responden a la violencia por la violencia, de una
sismogénesis complementaria en la que los asociados se hunden cada vez más en
los papeles del tipo dominación/sumisión o exhibicionismo/voyeurismo. En uno y
otro caso, la exacerbación de los comportamientos inscriptos en esos
movimientos en espiral puede conducir a desequilibrar e invertir el sistema
social.
Esta hipótesis es contraria a las costumbres intelectuales
de la época. En primer lugar porque se trata de una hipótesis; los datos
etnográficos se consideran como materiales ilustrativos, no como los jueces de
un “tribunal de los hechos”. Que los hechos contradigan la elaboración teórica
importa poco a Bateson. En segundo lugar, el concepto de cismogénesis efectúa
un vaivén permanente en el individuo y la sociedad. Un proceso de interacción
entre individuos se considera como un factor de desequilibrio de la sociedad
entera. La psicología social se mezcla íntimamente con la antropología social y
se desborda, y llega incluso a la psiquiatría y a la ciencia política en los
ejemplos de generalización posible propuestos.
Bateson, tomando partido por la interdisciplinaridad que
también le afirmaría posteriormente, desarma totalmente al investigador
tradicional. Su reflexión de los procesos de equilibrio y desequilibrio, de los
fenómenos circulares, de las posibilidades de crisis y de estallidos, que
prefigura las formas de la cibernética, no puede convenir al funcionalismo
estático, equilibrado y armonioso que reina en ese entonces, por ende, Naven es
un fracaso marginal en el momento de su aparición. Pero cuando el libro sale a
la luz él está con Mead en Bali y en colaboración con ella, producirá un
segundo libro que, como Naven, sigue siendo único en los anales de la
antropología cultural.
En el curso de esos 2 años de investigación en Bali,
Bateson pondrá a punto esas técnicas adecuadas de descripción y de análisis del
comportamiento no verbal. Mientras Mead interroga, toma nota, charla, Bateson
filma y fotografía. Regresan a NY en 1939 y eligen comentar 759 fotografías en
un libro que no constituye solo el resultado de una renovación de métodos de
investigación sobre el terreno y la nueva concepción de los métodos de
presentación de los datos, sino que ofrece una visión teórica original de la
cultura y de los procesos de socialización. Mead y Bateson no tratan tanto de
estudiar la cultura balinesa como delimitar el problema de la incorporación de
la cultura. ¿Cómo aprende el niño a convertirse en miembro de su cultura al
comer, andar, jugar, bailar, dormir? Maed busca, bajo las influencias de las
teorías psicoanalíticas de Erikson, el origen del temperamento balinés en las
relaciones entre padres e hijos. Enunciará lo que Bateson llamará más tarde
“doble vínculo”. La hipótesis del doble vínculo consistirá en ver el origen de
la esquizofrenia infantil en una red de relaciones contradictorias entre madre
e hijo. Según Maed, el pequeño balinés está sometido en sus interacciones con
los adultos, a un régimen de “duchas frías” que le conducirá progresivamente a
retirarse, a evitar el contacto con el mundo adultoà La madre incita continuamente
al niño a mostrar su emoción pero es solamente para alejarse, romper el vínculo,
en el momento en el que el niño, encerrado en una espiral afectiva, pide a su
madre alguna respuesta emocional. Durante los 2 o 3 años, los niños responden a
estos estímulos. Más tarde el niño comienza a retirarse. El repliegue que
señala el fin de la primera infancia en el pequeño balinés, y que se produce
entre las edades de 3 a 6 años, es una insensibilidad emocional total. Y, una
vez establecida, su insensibilidad persistirá a lo largo de su vida.
En 1942 Bateson asiste en NY a un coloquio organizado por la Josiah Macy
Jr. Fundation. Por primera vez, oye hablar del feedback y, para él, es una
iluminación. 30 años después dice que las exposiciones sobre el feedback lo
ayudaron a aclarar ciertos puntos esenciales ya que al escribir Naven, había
llegado al umbral de lo que más tarde iba a ser la cibernética: le faltaba el
concepto de feedback negativo.
En Naven, Bateson había descrito bajo el término de
cismogénesis (complementario y simétrico) las condiciones de posibilidades de
estallido de un sistema social. Sin utilizar el término, también había puesto
al descubierto el feedback positivo, el que refuerza el sistema en su escalada
hacia la destrucción total. Para explicar la estabilidad de un sistema social,
había propuesto un acoplamiento de los dos tipos de cismogénesis. La idea de
feedback negativo permitía una conceptualización más simple y más general: por
autocorrecciones sucesivas, el sistema es capaz de regresar a la estabilidad.
En 1945 Bateson participa activamente de conferencias y
escucha una serie de exposiciones y debates, dominados por Nobert Wiener y John
van Neumann, en las que se discute una enorme cantidad de ideas nuevas, tales
como la teoría de los juegos, la distinción entre procesos digitales y
analógicos, la relación entre información y entropía, etc.
Este corpus todavía mal estructurado de trabajos
matemáticos, de analogías entre hombres y máquinas y de visiones globales sobre
la sociedad, es reunido en 1948 bajo el nombre de “cibernética” por Norbert
Wiener. En varias ocasiones, Bateson trata de convencerlo para que dirija su
atención a las ciencias sociales pero Wiener se negará siempre.
En 1948, a invitación del psiquiatra Jurgen Ruesch, se
instala en una clínica en San Francisco. Es un momento importante de su carrera
intelectual. Bateson abandona el mundo de la antropología para entrar en el de
la psiquiatría, que no abandonará hasta principios de los 60 y al que volverá
en lo sucesivo de manera intermitente. Su objetivo era una teoría general de la
comunicación derivada de las ideas de la cibernética. En colaboración con
Ruesch, escribe un libro que es muy innovador: Communication: the social matrix
of psichiatryà
ambos autores proponen una teoría general de la comunicación.
Así vemos aparecer su reflexión sobre la teoría de los
Tipos Lógicosà
Se trata de resolver una antigua paradoja de la filosofía griega, el hombre que
enuncia “Estoy mintiendo”, ¿dice la verdad?. Bateson explica que es posible
responder la paradoja. Es preciso señalar que hay una confusión de los niveles
de abstracciónà
“Estoy mintiendo” es lo único en lo que debemos preocuparnos. Proceden
simultáneamente de un enunciado de nivel I y de un enunciado nivel II, y el segundo tiene un nivel de abstracción
superior al primero.
En 1952 solicita y recibe una subvención de la Fundación
Rockefeller para estudiar las paradojas de la abstracción en la comunicación.
Recluta a John Weakland, Jay Haley y William Fry. Separado definitivamente de
Mead desde 1949, Bateson es “etnólogo residente” del hospital de psiquiatría en
Palo Alto. El único imperativo es el de intentar aplicar el razonamiento sobre
las paradojas lógicas al mayor número de situaciones posibles.
Por su parte, Bateson emprende un estudio de la
naturaleza del juego en los animales. Observa y filma a las nutrias en el zoo
de San Francisco. Su objetivo es comprobar si estos animales son capaces de
efectuar la distinción entre un comportamiento lúdico y un comportamiento de
combate. Ata un pescado en un hilo y las nutrias se disputan por el mismo pero
“de buen humor”, mordiéndose sin herirse. Para Bateson, su comportamiento
demuestra que saben emitir y recibir señales que dice “esto es un juego” o se
comunican sobre sus comunicaciones, se metacomunican.
En 1953 propone una primera síntesis de este trabajo
exploratorio en un texto llamado “Una teoría del juego y del fantasma”. El
ejemplo de las nutrias se recoge de nuevo aquí para ilustrar las paradojas y
responder a la pregunta: ¿Hay alguna indicación de que ciertas formas de
psicopatología se caracterizan particularmente por anomalías en la manera en
que el paciente maneja los marcos y las paradojas?
La respuesta de Bateson y su equipo se encuentra en un
artículo de 1956 llamado “Hacia una teoría de la esquizofrenia”, en el que los
autores desarrollan la hipótesis del doble vínculo.
Desde la aparición del artículo original, los autores no
han cesado de trabajar en su hipótesis y hay 2 correcciones. La primera
concierne a la relación entre madre e hijo que se veía casi como la de un
verdugo y su víctima. Bateson insiste en que el doble vínculo no debe
concebirse como la relación entre un verdugo y su víctima, sino la que se
establece entre personas atrapadas en un sistema permanente que produce
definiciones conflictuales de la relación.
Éste propone una segunda corrección que su ruta a va a
separarse, a principios de los 60, de sus colegas. Para Bateson, la
esquizofrenia no ha sido nunca más que un medio de avanzar en la teoría de la
comunicación que intenta articular desde fines de los 40 a partir de la
cibernética y de la teoría de los Tipos Lógicos.
Es con esta perspectiva cómo hay que comprender de qué
modo el doble vínculo se convierte progresivamente para Bateson en un principio
abstracto, que se aplica tanto al arte, al humor, como al sueño o a la
esquizofrenia. Esta idea consiste en ver en estas diversas actividades un mismo
proceso de creación fundado en la inversión de los niveles de mensajes: el
comentario se convierte en el texto y viceversa. La única diferencia que verá
Bateson entre un esquizofrénico y un artista es la relativa toma de conciencia
en su acto en el segundo. Pero ambos demuestran creatividad en su adaptación a
una situación particular. Bateson opera así una completa inversión de la
perspectiva: ya no es el doble vínculo en el seno del sistema familiar sino el
sistema familiar en el seno de la doble coacción.
Esta conceptualización del doble vínculo hace estallar la
misma noción de esquizofrenia. En su respuesta al artículo de un psiquiatra que
le criticaba y declaraba que “la esquizofrenia es una enfermedad del cerebro y
no de la familia”. Batenson le responde y ya se marca una gran diferencia
intelectual con los miembros de su grupo. Mientras que sus colegas prosiguen
trabajos en el seno de la psiquiatría, Bateson vuelve a su amplia interrogación
sobre la comunicación. Regresa a la comunicación animal. Se interesa por el
modo de interacción de los pulpos y luego de los delfines. Durante los 60 y 70,
intentará situarse geográficamente e intelectualmente. Termina en el instituto
Esalen de Big Sur donde siembra ideas y reflexiones en diversos públicos,
tratando de separar la unidad general de sus trabajos. Esta unidad aparece con
el concepto de “espíritu”, el cual puede dar la impresión que recibe una
extensión inesperada. Se trata de una ampliación del pensamiento cibernético en
el conjunto de los sistemas vivientes. Para Bateson, es apropiado utilizar las
palabras “espíritu” y “proceso mental” a propósito de lo que sucede en sistemas
que contienen múltiples partes; y añade “lo que llamo procesos mentales son
acontecimientos en la organización y la relación entre las partes”. Lo que
llamará “ecología del espíritu” será una tentativa para integrar en el seno de
una epistemología nueva un conjunto muy vasto de fenómenos aparentemente
diferentes pero en realidad muy cercanos por su organización y su
funcionamiento. El lenguaje, el aprendizaje, la evolución biológica y
finalmente la vida misma figuran en el número de fenómenos que él examina.
1972à Steps to an Ecology of Mindà reúne sus textos más importantes. Se convierte en una figura un
poco mítica de un gran público intelectual
En 1978 trabaja con un manuscrito de Mind and nature: a
necessary unity, concebido como una síntesis de su pensamiento, se le declara
un cáncer de pulmón. Se publica en 1979, inicia la redacción de otro libro que
no llegará a publicarse y muere en 1980.
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