El término estigma se refiere a signos corporales con los cuales se
intentaban exhibir algo malo y poco habitual en el status moral de quien los
presentaba.
Concepciones preliminares.
La sociedad
establece los medios para categorizar a las personas y el complemento de
atributos que se perciben como corrientes y naturales en los miembros de cada
una de esas categorías.
El medio social
establece las categorías de personas que en él se pueden encontrar.
El intercambio
social rutinario en medios preestablecidos nos permite tratar con “otros”
previstos sin necesidad de dedicarles una atención o reflexión especial.
El carácter que
atribuimos al individuo debería considerarse como una imputación hecha con una
mirada retrospectiva en potencia, una caracterización “en esencia”, una
identidad social virtual.
La categoría y
los atributos que le pertenecen, se denominaría su identidad social real.
Mientras el
extraño está presente ante nosotros puede demostrar ser dueño de un atributo
que lo vuelve diferente de los demás y lo convierte en alguien menos
apetecible.
De ese modo
dejamos de verlo como una persona total y corriente para reducirlo a un ser
menospreciado.
Un atributo de
esa naturaleza es un estigma, en especial cuando él produce en los demás, a
modo de efecto, un descrédito amplioà a veces recibe
también el nombre de defecto, falla o desventaja.
Esto constituye
una discrepancia especial entre la identidad social virtual y la real.
El término
estigma y sus sinónimos ocultan una doble perspectiva:
el individuo estigmatizado ¿supone que su calidad de diferente ya es
conocida o resulta evidente en el acto, o que //// por el contrario, ésta no es
conocida por quienes lo rodean ni inmediatamente perceptible para ellos?
ð En el primer caso estamos frente a la situación del
desacreditado, en el segundo frente a la del desacreditable.
Tres tipos de
estigmas:
-
En primer
lugar, las abominaciones del cuerpo (las deformidades).
-
Luego, los
defectos del carácter del individuo que se perciben como falta de voluntad,
pasiones tiránicas o antinaturales, creencias rígidas y falsas, deshonestidad
(perturbaciones mentales, adicciones, homosexualidad, desempleo, etc.).
-
Por ultimo,
existen los estigmas tribales de la raza, la nación, y la religión,
susceptibles de ser transmitidos por herencia y contaminar por igual a todos
los miembros de una familia.
Un individuo
que podía haber sido fácilmente aceptado en un intercambio social corriente
posee un rasgo que puede imponerse por la fuerza nos lleva a alejarnos de él
cuando lo encontramos, anulando el llamado que nos hacen sus restantes
atributos.
Daré el nombre
de normales a todos aquellos que no se apartan negativamente de las
expectativas particulares que están en discusión.
Son bien
conocidas las actitudes que nosotros, los normales, adoptamos hacia una persona
que posee un estigma, y las medidas que tomamos respecto de ella, ya que son
precisamente estas respuestas las que la benevolente acción social intenta
suavizar y mejorar.
Creemos que la
persona que tiene un estigma no es totalmente humana.
Valiéndonos de
este supuesto prácticamente diversos tipos de discriminación, mediante la cual
reducimos en la practica, aunque a menudo sin pensarlo, sus posibilidades de
vida.
El rasgo
central que caracteriza la situación vital del individuo estigmatizado esta
referido a la aceptación.
¿De qué modo la persona estigmatizada responde a esta situación?
à En ciertos
casos, le será posible intentar corregir directamente lo que considera el fundamento
objetivo de su deficiencia; también puede intentar corregir su condición en
forma indirecta, dedicando un enorme esfuerzo personal al manejo de áreas de
actividad que por razones físicas o incidentales se consideran inaccesibles
para quien posea su defecto.
El individuo
estigmatizado puede descubrir que se siente inseguro acerca del modo en que
nosotros, los normales, vamos a identificarlo y a recibirlo.
La
incertidumbre del estigmatizado surge no solo porque ignora en qué categoría
será ubicado, sino también, si la ubicación lo favorece.
De este modo
aparece en el estigmatizado la sensación de no saber qué es lo que los demás
piensan realmente de él.
El igual y el sabio
Se sugirió al
comienzo que podía existir una discrepancia entre la identidad virtual y la
real de un individuo.
Cuando es
conocida o manifiesta, esta discrepancia daña su identidad socialà lo aísla de la sociedad y de sí mismo, de modo que
pasa por ser una persona desacreditada frente a un mundo que no lo acepta.
Entre sus iguales,
el individuo estigmatizado puede utilizar su desventaja como base para
organizar su vida, pero para lograrlo deberá resignarse a vivir en un mundo
incompleto.
En él podrá
exponer en toda su plenitud el triste relato que da cuenta de la posesión del
estigma.
El término
categoría es abstracto y puede ser aplicado a cualquier conjunto, en este caso
a personas que poseen un estigma en particular.
Gran parte de
los que se incluyen dentro de una determinada categoría de estigma bien pueden
referirse a la totalidad de los miembros con el término grupo o un equivalente
tal como “nosotros” o “nuestra gente”.
Quienes están
fuera de la categoría pueden designar a los que están dentro de ella en
términos grupales.
Los integrantes
de una categoría particular tienden a reunirse en pequeños grupos sociales,
cuyos miembros derivan de la misma categoría; estos grupos están también
sujetos a organizaciones que los engloban en mayor medida.
Sea que las
personas que poseen un estigma particular formen o no la base del reclutamiento
para una comunidad que está consolidada de cierto modo, es probable que
subvencionen agentes y agencias que las representen.
Goffman
considerada un grupo de individuos de quienes la persona estigmatizada puede
esperar cierto apoyoà aquellos que
comparten su estigma, en virtud de lo cual son definidos y se definen entre sí
como sus iguales.
Un segundo
grupo es el de los sabios, es decir, personas normales cuya situación especial
las lleva a estar íntimamente informados acerca de la vida secreta de los
individuos estigmatizados y a simpatizar con ellosà gozan de cierto grado de aceptación y de pertenencia
al clan.
Las personas
sabias son los hombres marginales ante quienes el individuo estigmatizado no
necesita avergonzarse ni ejercer un autocontrol.
-
Un tipo de
persona sabia es aquella cuya sabiduría proviene de sus actividades en un
establecimiento, que satisface tanto las necesidades de quienes tienen un
estigma como las medidas que la sociedad adopta respecto de estas personas.
-
Un segundo tipo
de persona sabia es aquella que se relaciona con un individuo estigmatizado a
través de la estructura social; esta relación hace que en algunos aspectos el
resto de la sociedad más amplia considere a ambos como una sola persona.
La carrera moral.
Las personas
que tienen un estigma particular a pasar por las mismas experiencias de
aprendizaje relativas a su condición y
por las mismas modificaciones en la concepción del yo; una “carrera moral”
similar que es, a la vez, causa y efecto del compromiso con una secuencia
semejante de ajustes personales.
La sincronización e interjuego de esas fases iniciales de la carrera
moral crean pautas importantes, estableciendo la base del desarrollo ulterior y
proporcionando un medio para distinguir entre las carreras morales accesibles a
los estigmatizados.
Se pueden mencionar cuatro pautas:
Una involucra a los que poseen
un estigma innato y son socializados dentro de su desventajosa situación al
mismo tiempo que aprenden e incorporan los estándares ante los cuales fracasan.
Una segunda pauta deriva de la
capacidad de una familia de constituirse en cápsula de su joven miembro.
Un niño con un estigma congénito puede ser
protegido dentro de dicha cápsula mediante el control de la información.
Los que en un momento tardío de
la vida son victimas de un estigma ejemplifican una tercera pauta de
socialización.
Son individuos que han realizado un
concienzudo aprendizaje de lo normal y lo estigmatizado mucho tiempo antes de
tener que considerarse a sí mismos como personas diferentes.
Una cuarta parte esta
representada por aquellas personas socializadas inicialmente en una comunidad
alienada, que deben luego aprender una segunda manera de ser.
GOFFMAN, ERVING (1959) “ACTUACIONES”.
Goffman considera
importantes los aspectos más rutinarios.
Trabaja la
interacción cara a cara, en la vida cotidiana en las rutinas.
Es la actividad
de un hombre en un determinado tiempo frente a observadores.
El mundo entero
no es un escenario pero no es fácil determinar los aspectos fundamentales que
establecen la diferencia.
Trabaja la
interacción social cara a cara por eso tiene en cuenta los contextos.
En la
interacción hay reglas que organizan el intercambio de prácticas.
Esas reglas son
inconscientes.
El significado
original de la palabra “persona” es máscaraà esto fomenta la idea de que uno desempeña roles para
conocernos mutuamente y a nosotros mismos.
FACHADA: actuación del hombre de modo prejuicioso.
Puede ser
inconsciente o intencional.
Las partes son:
-
el medio que es el
trasfondo escénico y que tiende a permanecer fijo, salvo en excepciones como un
cortejo fúnebre,
-
y la fachada personal que son los elementos que identifican al actuante (sexo, profesión,
edad, aspecto, tamaño, etc).
Está dividido en apariencia y modales (entre ambas se espera
coherencia) pero puede no pasar.
Las fachadas
suelen ser seleccionadas, no creadas.
La
dramatización debe ser instantánea.
Discrepancias
entre la apariencia y la realidad total:
1- El actuante puede ocultar a su público actividades por ser
incompatibles con lo que se espera de él.
2- Se presenta el producto final, pero el público no sabe (porque se le
oculta) si se realizó con esfuerzo o no.
3- Los signos delatores son previamente encubiertos.
4- Se tiende a encubrir al auditorio toda evidencia de trabajo sucio.
Un actuante
tiende a encubrir las actividades incompatibles con una versión idealizada de sí
misma y de sus obras.
El actor quiere
mostrarle a la audiencia que está relacionado con ellos de un modo más ideal de
lo que en realidad está.
P/e:
el adolecente que entre amigos usa muchas malas palabras pero no cuando está
con los padres. (SEGREGACIÓN POR AUDITORIO).
Goffman
sostiene que hay reglas preexistentes a las prácticas y que deben ser
cumplidas.
El proceso de socialización
prefija.
El hombre
construye su identidad en la interacción.
El orden social
es previo a estos encuentros.
Es un hecho
social más allá de la conciencia de los hombres.
Este orden
social determina la interacción.
Y va a determinar
esa interacción, la cual esta regida por reglas.
Goffman le
agrega a Bateson elementos del contexto inmediato donde se desarrolla la acción.
Para Goffman el
marco es social (las reglas son sociales) mientras que para Bateson es
psicológico.
Dentro del
marco de Goffman se estipulan todas las acciones, no solo las comunicativas.
Las relaciones
entre el actor y las normas está vinculada en casa ocasión particular.
Goffman no
incorpora la dimensión del poder, el dice que el poder está en quien define la
situación en curso, una especia de micropoder.
ESTIGMA: es una persona portadora de un atributo
desacreditador.
Un desviado de
la norma es un estigmatizado.
Cuando hay una
estigmatizado en la interacción se suspenden las reglas.
El fin para
Goffman es el orden social.
Las normas son
preexistentes, se debe mantener el orden social.
El
estigmatizado rompe con el orden social, por eso los estudia.
Hay tres tipos:
los físicos, tribales (raza, religión), defectos del carácter.
Este libro se
interesa en el problema de los contactos mixtosà es decir, en los momentos en que los “normales” y
estigmatizados se hallan en una misma interacción.
-
El actuando
puede creer por completo en sus propios actos, puede estar sinceramente
convencido de que la impresión que da en realidad es verdadera, y su público también
se convence, cree en la impresión que fomenta su actuación (SINCERO)
-
El actuante no
se engaña con su propia rutina, quiere guiar la convicción de su público solo
como un medio para otros fines (CINICO). Tiene gran desenvoltura profesional,
juega con algo que su público debe tomar seriamente, puede engañar al público
por su propio bien
El significado
de persona es máscaraà siempre
desempeñamos un rol, nos esforzamos por vivir con este rol, por eso la máscara
es nuestro “si mismo” más verdadero, el yo que quisiéramos ser.
La fachada es
la dotación expresiva usada por el hombre durante su actuación.
Una actuación
presenta enfoque idealizado de la situación, si nunca tratamos de parecer algo
mejor ¿cómo mejoraríamos?
-
Siempre se
quiere mostrar una imagen superior, pero a veces se ocultan capacidades o
riquezas. (IDEALIZACIÓN NEGATIVA). Ejemplo: chicas que disminuyen su
inteligencia para mostrar inferioridad frente a los hombres.
Se muestra una
fachada distinta en casa grupo.
MARTINI, STELLA (1994) “LA COMUNICACIÓN ES
INTERACCIÓN. CUANDO COMUNICAR ES HACER: INTERACCIONISMO SIMBÓLICO, ERVING
GOFFMAN Y APUESTAS EN JUEGO”.
La comunicación es interacción. Una historia desde las
ciencias sociales.
Una corriente
de las ciencias sociales de USA definió el interaccionismo simbólico
como una creencia, o al menos la esperanza, de que es posible organizar la
sociedad alrededor de una identidad natural de intereses.
El planteo
básico del interaccionismo simbólico (que es una teoría individualista) es que
el hombre se constituye socialmente en su relación o interacción con los otros,
y considerando cualquier objeto con el que se encuentra como un símbolo que
significa o representa la relación de un sistema más general de significado con
su particular circunstancia.
El individuo
conoce y constituye su subjetividad según su propia interpretación de la
interacción de sí mismo con los otros.
“La interacción
posee sus mecanismos autorreguladores, que mantienen el orden: el orden de la
interacción”.
Pero estos
mecanismos son frágiles.
El mundo social
es precario, nunca tiene garantizado el orden.
En el caso de
la interacción los actores harán cualquier cosa para evitar el embarazo, la
sanción que afecta tanto a las víctimas como a los causantes cuando éstos
infringen las reglas provocando desorden.
Las víctimas
adoptan una actitud indulgente o “compromiso de convivencia”.
Estas pequeñas
ofensas, seguidas de otros tantos perdones superficiales son permanentes en el
curso de una interacción.
La comunicación es comunicación social.
Cuando se
concibe la comunicación como actividad social, se coloca un mecanismo de orden
superior por encima de la comunicación (inter)individual.
Cada acto de
transmisión de mensaje se integra a una matriz mucho más vasta.
Esta matriz, la
comunicación social, constituye el conjunto de los códigos y las reglas que
hacen posible y mantienen en la regularidad y la previsibilidad las
interacciones y las relaciones entre los miembros de una misma cultura.
La comunicación
en la sociedad es permanenteà permite que la
acción individual se inserte en una continuidad.
El individuo es
visto como un “actor social”, como un participante de una entidad que lo
subsume.
Las actividades
comunicativas son actividades de control, de confirmación, de “integración”,
donde la redundancia juega un papel importante.
En la medida en
que el individuo es un actor social, con roles a cumplir y representar, el
contexto situacional adquiere un estatus fundamental.
Por ello lo que
interesa es trabajar sobre el contexto y el significado, a los que se considera
isomorfos.
Ningún
significado es fijo; ningún elemento es univoco.
Metáforas de la interacción: juego y ritual.
En la metáfora
del juego se fijan las reglas de la interacción, el rol de los interlocutores y
las apuestas, las ganancias; se establece que es lo que está en juego.
Para Bateson toda comunicación implica la existencia, en un nivel
superior de abstracción, de un mensaje metacomunicativo que da las indicaciones
sobre la forma de comprender el mensaje de base.
En
consecuencia, la metacomunicación provee un contexto simultáneo a la
comunicación, a medida que aquella se va produciendo.
Al considerar a
la comunicación como un juego donde las apuestas varían según los individuos y
las situaciones, la vida social toda aparece como el gran juego donde no sólo
importa competir sino también ganar.
Las reglas que
organizan la interacción remiten a la idea del ritual, término empleado para
designar una formalización de la actividad social.
Hay rituales
positivos (homenaje o celebración) y negativos (conjuro y separación).
Goffman presta
atención a la dimensión simbólica y conductual del rito.
Hacia un ordenamiento de la interacción: las reglas del
intercambio comunicacional.
Las reglas constituyen
el conjunto de conductas permitidas, preferidas, esperadas y/o proscriptas en
una variedad de situaciones de comunicación.
La vida
comunicativa está basada en reglas que permiten la existencia de cierta
regularidad en las interacciones.
Las reglas son
estatutos y exigencias culturales implícitos de comportamiento social.
Constituyen una
fuerza que ciñe la vida de cada uno.
Las reglas
normativas tienen un carácter prescriptivo, es decir, que los miembros de una comunidad están
sujetos a ciertas obligaciones relaciones con el respeto de las reglasà aquel que no las observa se sitúa “fuera de la ley”.
Son también situacionales, exigen el conocimiento del contexto en el que rigen.
La interacción comunicativa presupone un contrato entre
los interlocutores.
La existencia
de reglas implícitas permite hablar de la noción de contrato, pacto o acuerdo
de comunicación, también por lo general, implícito en el juego de la
interacción.
El contrato
establece un lazo en el tiempo entre los interactuantes.
De saberes y competencias.
La competencia
comunicacional es la capacidad de un individuo de mantener una comunicación
coherente, es la aptitud que implica el conocimiento de los códigos y de su uso
y el manejo creativo de situaciones de comunicación y de reglas implícitas en
la sociedad en que se desenvuelve.
Bourdieu opone al término
de competencia el de capacidad estatutaria.
Se trata de una
aptitud determinada por la pertenencia de la clase del sujeto, por el estatuto
o status en el interior del sistema social.
Goffman estudia la
capacidad de interacción subyacente en la conducta de los individuos que está
normada por reglas sociales.
Garfinkel se interesa
por la facultad de interpretación que cualquier individuo tiene y pone en práctica
en sus actividades cotidianas.
Los “ruidos” en la interacción: el estigma.
Cada
interlocutor en su comportamiento comunicacional cotidiano busca el mejor lugar
o al menos no el peor.
Hay
circunstancias que pueden desfavorecer y hasta entorpecer una interacción.
A estas marcas
se las llama estigma: atributo que arroja un descrédito profundo sobre
aquel que lo lleva.
Hay tres
formas:
-
deformidades
físicas;
-
las
deficiencias de carácter;
-
tribales (raza,
nacionalidad, religión).
Todo individuo
que no sea portador de algún estigma es considerado un hombre “normal”.
Cuando una
persona es portadora de un estigma perturba a la persona “normal”, quebrando el
contrato de comunicación.
Un estigma es
una “desviación de”, una diferencia o diversidad del Otro.
MARTINI, STELLA (2002) “LA SOCIEDAD Y SUS
IMAGINARIOS”.
El reciente reclamo argentino “que se vayan todos”
no solo expresa una opinión masiva ciudadana.
Esa pretensión actualiza y cruza una imagen, la
representación de país deseado y añorado rastreable en un relato.
La crisis de un país pone en estado de crisis la
misma identidad: tal la percepción del individuo común protagonista de este
momento de nuestra historia.
Por eso, lo que aparece en el reclamo es producto
tanto de la opinión pública como de los imaginarios de país acuñados por la
sociedad.
Y como los imaginarios (categoría del orden de las
relaciones sociales) están en la base misma de los procesos de construcción de
las identidadesà y en este caso
está en juego la continuidad de la nación, las prácticas y discursos de los
actores sociales insisten en la recuperación material y simbólica de la misma
nación.
En este proceso se asiste a la reapropiación,
ocupación y resignificación del territorio, territorio que va a ser transitado,
ocupando, demarcando y ampliando como un pedazo del territorio nacional.
Hay también una reiteración del uso de los símbolos
patrios en las diferentes instancias de reclamo y del discurso de afirmación de
lo nacional que afianza la pertenencia.
Se reivindican las representaciones acerca de un
nosotros frente a otro/s opositor y enemigoà la representación del “enemigo” tiene una
valencia doble,
-
es
tanto el “extranacional”
-
como
“nacional” marcado de manera negativa.
¿Por qué hablamos de imagen?
Ante la crisis socioeconómica y de
representación política, el reclamo popular no repara en agendas posibles.
Ante todo hay un reclamo por absoluto que
traduce la necesidad de un cambio estructural.
Una consigna como “que se vayan todos” cruza
la situación de crisis de un presente con el/los recuerdo/s (imagen del pasado
y otro más lejano quizás que reúne lo actuado) en sus diferentes versiones con
la rememorización de “aquel tiempo que si es pasado siempre fue mejor”à característico de las formas en que se mueve
la memoria.
Constitución de los
imaginarios
Los imaginarios sociales cruzan momentos de la
memoria con cuadros de un proyecto futuro, la experiencia con la utopía, formas
del deseo colectivo con fotografías de lo que ya es historia.
Y esos materiales complejos, atravesados por la
subjetividad, no necesariamente coinciden con la “realidad”, pero guardan el
sentido de lo vivido y de lo real.
En el sentido corriente, el imaginario se define
por su diferencia con la realidadà refiere a lo no real, a lo que puede ser producto
de la imaginación pero es creíble y verosímil para ese grupo que lo haya
cristalizado.
Esta categoría que nombramos como imaginarios o
representaciones sociales “comprende los efectos de ‘sentido’ producto del
discurso, entendiendo al orden simbólico y ordenan la relación con lo real”.
Así, dado que la producción de la realidad social
es una “experiencia colectiva”, en ella se realiza la articulación entre la
experiencia de lo simbólico y de lo imaginario.
La categoría imaginario permite una comprensión en
densidad de las prácticas sociales.
Estudio de las
representaciones sociales
El rastreo de los imaginarios en una sociedad y en
una época exige una entrada oblicua.
Los imaginarios no son cuantificables ni medibles
como si lo es la opinión pública.
La identificación e interpretación de los
imaginarios o representaciones sociales es posible a través de la mirada en
sesgo sobre los datos de la realidad, documentos acerca de tradiciones,
costumbres y usos, productos de consumo,
literatura, teatro o medios de comunicación, refranes, clisés y costumbres
diversas.
Los imaginarios sociales, categoría dinámica y
cambiante, relacional, cultural e histórica y comunicacional, aparece en los
pliegues de la memoria y de los discursos sociales.
Hacen necesaria la activación de un análisis que
investigue diferentes capas de densidad significativa.
El imaginario es una categoría marcada por el sello
tradicional, en el sentido de perdurar y cambiar de manera más lenta que la
opinión públicaà en los primeros
años del siglo, una parte importante de la dramaturgia y de la narrativa
construyen el conflicto, el cambio y la vigencia de los imaginarios más
conservadores, mientras parte de la ensayística y la prensa argumentan acerca
de la necesaria modernización del país.
El imaginario opera sobre la organización y el
dominio del tiempo colectivo sobre el plano simbólicoà o sea que, interviene activamente en la
memoria colectiva para la cual los acontecimientos cuentan menos que las
representaciones imaginarias a las que ellos mismos dan origen y encuadran.
El imaginario actúa sobre la producción de visiones
del futuro.
Hablar de imaginario social es referirse a los
sentidos presentes en un grupo social y que dan cuenta de la percepción del
mundo social.
Dicha percepción supone una organización
imaginaria, que tiene una cierta función ordenadora de la relación entre los
agentes sociales.
En su interacción el grupo social construye la
representación, la imagen de sí misma.
En estas imágenes se articula la identidadà la pertenencia a un “nosotros” frente a un
“otro”, el establecimiento de la diferencia desde el momento en que se
“descubre” que es posible interponer una frontera.
En esta operación señala su territorio, define sus
relaciones con los “otros”, forma imágenes de amigos y enemigos, de rivales y
de aliados.
Y hace a la operatoria contextual: incluye y
excluye a través de discursos naturalizados –entendidos como naturales-.
El imaginario, diferente de la ideología,
socialmente producido, es representado como natural y por lo tanto legitimado
en la trama significativa de una cultura determinada.
Interviene en el conocimiento y la acción de la
sociedad.
La filosofía del conocimiento reconoce al
imaginario como la posibilidad de que dispone la imaginación de crear un
producto diferente de lo real y esta
posibilidad aparece como una vía de sustitución del conocimiento científico o
filosófico.
Pero Durkheim considera los sistema de
representaciones sociales o imaginarios sociales de diferentes modosà La sociología del conocimiento considera que
toda sociedad tiene su imagen particular de la realidad social, que es la
cristalización o la concreción del pensamiento que se produce en una sociedad determinada.
Por eso, Durkheim afirma que los estados de conciencia
colectiva son de naturaleza diferente que los de conciencia individual, son
representaciones de otra clase, y tienen sus leyes propias.
Los estados de los
imaginarios
Los usos del lenguaje, las formas dialectales y
sociolectales, los emblemas patrios, la forma de diseñar, resolver, interpretar
prácticas y discursos son indicadores del estado del imaginario en una sociedad
determinada.
Las representaciones colectivas manifiestan cómo se
piensa un grupo en sus relaciones con los objetos y las situaciones que los
afectan y con otros grupos sociales y nacionales, expresan en algún punto un
estado del grupo social, reflejan su estructura actual y la manera en que
reacciona frente a los acontecimientosà es decir, que el imaginario de un grupo
social actúa en las formas en que este construye el sentido de un momento
determinado.
Los sistemas simbólicos sobre los cuales se apoya y
a través de los que trabaja la imaginación social se construyen a partir de las
experiencias, aspiraciones e intereses de los agentes sociales.
Un aporte a los relatos
de control social
El dispositivo imaginario provoca la adhesión a un
sistema de valores e interviene eficazmente en el proceso de su interiorización
por los individuos.
El imaginario marca la distribución de los papeles
y las posiciones socialesà define los medios inteligibles de sus relaciones
con la sociedad, con sus divisiones internas, con sus instituciones.
Ciertas marcas (que pueden ser tanto físicas, como
gestuales, etarias o étnicas, de hábitos o de uso del lenguaje, de habitad o de
lugar de trabajo) “califican positivamente” o “estigmatizan” a un sujeto, a un
grupo social o a una sociedad en su conjunto.
De esta manera,
es producida una representación totalizante de la sociedad como un
“orden”, según el cual cada elemento tiene su lugar, su identidad y su razón de
ser.
Los imaginarios sociales muchas veces cristalizan
sus construcciones en mitos.
El imaginario social resulta una pieza efectiva y
eficaz del dispositivo de control de la vida colectiva del ejercicio del poder.
El lugar de las instituciones, la palabra de las
autoridades, las hipótesis sobre las crisis o los proyectos se cristalizan en
imágenes difundidas desde el poder.
Los periodos de crisis de un poder son también
aquellos en los que se intensifica la producción de imaginarios sociales
competidores, las representaciones de una nueva legitimidad y de un futuro
distinto proliferan, ganan tanto en
difusión como en agresividad.
El impacto de los imaginarios sobre la mentalidad
depende de su difusión y de los circuitos y de los medios de que dispone para
esa difusión.
Las modalidades de emisión y de control eficaces
cambian en función de la evolución del armazón tecnológico y cultural que
asegura la circulación de informaciones e imágenes.
En esta evolución, hay dos momentos que marcan las
rupturas significativas en los imaginarios, el pasaje de la cultura oral a la
alfabetización y la implantación durable de los medios de comunicación de
masas.
Los medios tienen un papel relevante:
-
aportan
con su producción de información y de sentido a la construcción que esa
sociedad o ese grupo hacen de su imaginario
-
brindan
datos e interpretaciones de los mismos, singulares formas de construcción de la
realidad, con su propio imaginario, que es el de la sociedad en la que están
insertos, pero que incluye la propia imagen del periodismo como tarea y como
filosofía y la misma naturalización del sentido del mundo.
-
La
agenda de los medios es índice de un idea y vuelta de la interacción entre
prensa y sociedad, y entre prensa y poder.
La instauración de mitos a partir de la información
emanada desde diferentes centros de poder, las autoridades gubernamentales o
las empresas transnacionales, el marketing y hasta los medios y la escuela
contribuyen a la tarea de construcción del imaginario.
“En y por la propaganda moderna, la información
estimula la imaginación social y los imaginarios estimulan la información y
todos juntos estos fenómenos se contaminan unos con otros en una amalgama
extremadamente activa a través de la cual se ejerce el poder simbólico”.
WINKIN, YVES (1984) “LA UNIVERSIDAD INVISIBLE”.
Trata de crear una teoría de la cultura que supere el marco de la
sociedad estudiada.
Desarrolla en concepto de cismogenesisà que lo entiende como el estudio de la génesis de un cisma
en el seno de un sistema social.
El termino ayuda a describir las posibilidades de estallido de un
sistema social.
Plantea dos tipos de cismogenesis:
-
En
la cismogenesis
simétrica los interactuantes
responden, por ejemplo, a la violencia por la violencia.
-
En
cambio en la cismogenesis
complementaria, los asociados se
hunden cada vez más en los papeles del tipo dominación/sumisión o
exhibicionismo/voyeurismo.
Beatson y Meadà hacen un estudio durante dos años de la cultura balinesa,
pero sobre todo tratan de delimitar el problema de la incorporación de la
cultura.
Mead busca bajo la influencia del psicoanálisis de Erikson, el origen
del temperamento balinés en relación entre los padres e hijos.
Quince años después, Beatson desarrolla el concepto de doble vínculo, cuya hipótesis consiste en ver el origen de la
esquizofrenia infantil en una red de relaciones entre la madre y el hijo.
En 1942, Beatson asiste a un coloquio en New York en donde escucha
hablar de feedback.
Ya había utilizado implícitamente, cuando se refería a la cismogénesis,
el mecanismo de feedback positivoà el que refuerza el
sistema hacia la destrucción total.
El feedback negativo en donde el sistema es capaz de regresar a la
estabilidad.
Pero, en 1948 Beatson va abandonar la antropología para entrar en la
psiquiatría con el objetivo de elaborar una teoría general de la comunicación
derivada de las ideas de la cibernética.
La visión de todos los autores
que siguen esta línea es que la comunicación es la matriz en la que se encajan
todas las actividades humanas.
Realiza un estudio sobre la naturaleza del juego en los animales.
Filmando nutrias trata de comprobar si tienen la capacidad de
distinguir entre un comportamiento lúdico y un comportamiento de combate.
Cuelga de un hilo un pedazo de pescado y las nutrias se lo disputan
mordiéndose sin herirse, lo cual denota que saben emitir y recibir señales que
dicen “esto es un juego”, para Beatson se comunican, ponen comillas, se
metacomunican.
En 1954 vuelca esta experiencia en el texto “teoría del juego y del
fantasma”.
En 1956, junto a su equipo desarrollan la hipótesis del doble vínculo.
En 1963 Beatson y su equipo aclaran que el doble vínculo se establece
entre personas atrapadas en un sistema que produce definiciones conflictuales
de la relación.
Hacia 1966 Beatson se separa de sus colaboradores y va a plantear al
doble vínculo como un concepto abstracto que se aplica tanto al arte como a la
esquizofrenia.
No es una relación patógena (enfermiza)à sino un principio generador de múltiples comportamientos
creativos, lo cual declara como una enfermedad de la familia y no del cerebro
como afirman sus colegas.
Su método es deductivo e interdisciplinario.
Edward T. Hall (1942 doctorado en antropología)
Se dedicó a estudiar la organización social del espacio entre los
individuos.
Denominó proxémica a este nuevo dominio de las ciencias humanas.
Estudió los choques culturales y también se dedicó a estudiar los
códigos de la comunicación intercultural.
Focaliza su estudio en el código que rige la división y la utilización
del espacio interpersonal.
En 1959 va a proponer una visión de cultura como sistema de
comunicación que se determina en tres niveles de complejidad: notas o unidades
indivisibles constituyen series.
Notas y series se organizan según esquemas.
El y otros autores consideran a la cultura como un conjunto de códigos
descomponibles y analizables.
Emplea la analogía con la música para hacer comprender su visión del
mundo socialà el hombre puede explotar el potencial de la música cuando
la descifra en signos, del mismo modo, la cultura es descifrable, hay que
descubrir en ella el lenguaje silencioso.
Considera que la relación entre el hombre y el espacio es la dimensión
oculta de la cultura.
Durante los 60´ se dedica al estudio tomando elementos de la
literatura, el arte y de la zoología.
La cultura organiza el espacio de forma diferente a partir de lo
denominado territorio.
Propone una escala de las distancias interpersonales: intima, personal,
social y publica que constituyen a 4 territorios pertenecientes tanto al animal
como al hombre, cuyas modalidades pueden ser próximas y lejanas.
Los territorios (burbujas) se definen por los metros y centímetros pero
también por el tacto, la vista; el oído y el olfato constituyen el
establecimiento de las distancias solamente adecuadas.
Así comparte la postura de la universidad invisible: la
comunicación es un proceso de múltiples canales cuyos mensajes se refuerzan y
controlan permanentemente.
No hay forma de no comunicarse.
Entonces llama a la universidad invisible como aquellos que propiciaban
el modelo orquestal de la comunicación.
En este modelo todo se retroalimenta, todos pueden tener la palabra,
interrumpir, objetar, todos participan a diferencia del modelo lineal.
Erving Goffman
Así como Hall saca a la luz las reglas culturales que rigen en una
sociedad, Goffman intenta descubrir las normas sociales que rigen en la vida
cotidiana.
No procede por yuxtaposición de culturas, sino que procede por rupturas
en el seno de la sociedad.
Su tesis intenta dar forma a una teoría sociológica de la comunicación
interpersonalà las interacciones son los átomos de la sociedad,
fundamentan todo el color y toda la uniformalidad de la vida social.
Para Goffman las interacciones sociales constituyen la trama de un
cierto orden social, porque se fundan en normas y reglas al igual que las
grandes instituciones, tales como la familia, la iglesia, el estado, etc.
Para su primer libro toma conceptos del interaccionismo simbólico y
estudia a la interacción en la vida cotidiana (encuentros cara a cara).
Luego utiliza el concepto de estrategia y lo enfoca básicamente en los
aspectos de la interacción que pueden ser previstos, calculados, etc.
Sin duda es miembro de la Universidad Invisible.
¿Cual es su visión de la comunicación?
En su obra los actores sociales participan en un sistema en
el que todo comportamiento libera una información socialmente pertinente.
Todo gesto, toda mirada, todo silencio se integra a una
semiótica general.
Aun cuando el individuo no hable, no puede dejar de
comunicar con el cuerpo.
El comportamiento está regido por un conjunto de códigos y
sistemas de reglas.
Mientras que la visión espontánea tiende a considerar que los
individuos viven sus interacciones en función de la naturaleza, su humor, en
función de factores personalesà Goffman considera
que esas interacciones tienen sus propias reglas, exteriores a los individuos,
que no pueden más que seguirlas si quieren que se los continué considerando
como personas normales.
Para todos estos
autores una partitura invisible orquesta los encuentros fortuitos, los
intercambios espontáneos, los comportamientos banales.
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