La cultura del pobre
Los autores señalan que la corriente que se despliega en
los años sesenta como Cultural studies retoma trabajos de crítica literaria
del siglo XIX y principios del siglo XX, que trataban sobre la influencia
negativa de la cultura industrial sobre la cultura tradicional.
Es así que, como respuesta al funcionalismo, en los
años cincuenta algunos profesores universitarios británicos analizan los modos
de vida tradicionales de las clases obreras desde una perspectiva marxista.
Tal es el caso de Richard Hoggart y su obra The uses of Literacy.
El Centro de Birmingham
En los años siguientes, Raymond Williams y Stuart Hall
publican obras similares. En base a estas obras es que en 1964 se funda en la
universidad de Birmingham el Centre of Contemporary Cultural Studies (CCCS),
cuyo primer director es Hoggart, seguido de Hall.
Esta corriente propone una ruptura con el marxismo
reduccionista, rescatando algunos conceptos de Gramsci, como el de hegemonía
y dominación cultural, reinsertando en los análisis la dimensión del poder
y las mediaciones. Pero en la búsqueda de un marxismo heterodoxo
también releen a Lukacs, Bajtín, Benjamin y Sartre.
La originalidad del Centro fue la constitución de grupos de
trabajo en torno a diferentes ámbitos de investigación como etnografía,
literatura, feminismo y consumos mediáticos.
Hacia el estudio de la recepción
En la década del setenta comenzaron a realizarse diversos
estudios sobre cómo influye el consumo de productos mediáticos como
comedias de situación, telenovelas y westerns, en la construcción de un
sentido común popular.
Etnografía de las audiencias: la cuestión del lector
Primeramente los autores hacen referencia a la concepción dialógica
del lenguaje de Bajtín, para quien el lenguaje es un campo de tensiones y
de intereses conflictivos. En los años '60, la investigación literaria
trabajó sobre la problemática del lector y de la recepción.
Cultural studies y estudios feministas
En la década del ochenta, los estudios van a centrarse muy
especialmente en el papel activo del receptor en la construcción del sentido
de los mensajes, y en la importancia del contexto de la recepción. David
Morley analizó la recepción de la televisión en el universo doméstico.
Ya en la década anterior, algunas investigadoras habían estudiado la
manera en que las espectadoras eran llevadas a compartir puntos de vista
masculinos sobre el placer en las producciones de Hollywood. Para muchas de
estas investigaciones, la noción de cultura de Geertz sirvió de
referencia.
El consumidor y el usuario: apuestas estratégicas
Lo que los autores critican aquí es a los investigadores
que borraron la dimensión del poder de sus análisis pensando que el que
verdaderamente tenía el poder era el receptor. Más bien, creen los autores, hay
que tomar en cuenta las relaciones desiguales de intercambio en el
contexto sociocultural.
También señalan que, así como los movimientos del obrero
fueron estudiados para optimizar la racionalización del proceso de trabajo
(taylorismo), los movimientos del consumidor son hoy investigados para
garantizar la circularidad programación-producción-consumo.
Los estudios franceses, señalan los autores, investigaron
los usos sociales de las innovaciones técnicas. Tal es el caso de Michel
de Certeau, quien en 1980 estudió las "maneras de hacer" de los
usuarios.
Los empirismos del Nuevo Mundo: la Escuela de Chicago y la ecología humana
Desde principios de siglo XX, la Escuela de Chicago intentó construir
las ciencias sociales sobre bases empíricas. Los primeros trabajos se
consagraban al problema de la integración de los inmigrantes a la sociedad
norteamericana. Diversos investigadores de esta escuela intentan aplicar los criterios
de la ecología animal al estudio de las comunidades humanas ("Ecología
humana").
En los años '40 se impone la corriente de la Mass
Communication Research (Katz, Lazarsfeld, etc). Pero al mismo tiempo otros
pedagogos, insertos en esta corriente pragmatista, construyen los
elementos de la microsociología, que pondrá el acento en las
manifestaciones subjetivas de los "actores".
La "etnografía de las interacciones" y los
estudios sobre la influencia de los líderes de opinión en el grupo primario
fueron los trabajos más reconocidos en el entorno norteamericano. Para la
Escuela de Chicago, los medios aparecían tanto como factores de cohesión
como de desintegración social.
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