13.5.13

Guinzburg - Morelli, Freud y Sherlock Holmes. Indicios y método científico


Este texto trata sobre la cognición, es decir, sobre cómo se conoce. La hipótesis à desde fines del siglo XIX fue resurgiendo una formación cultural indiciaria en las ciencias humanas, que rompe con la estéril oposición entre “racionalismo” e “irracionalismo”. Pero este paradigma indiciario no era nuevo sino que estaba presente desde la astronomía y la medicina de la Edad Antigua.

Giovanni Morelli y los orígenes del paradigma indiciario
Entre 1874 y 1876 aparecieron una serie de artículos sobre pintura italiana, firmados por Morelli, que proponían un nuevo método para la atribución correcta de las pinturas de los viejos maestros. Según este procedimiento, hay que concentrarse en los detalles menores, especialmente en los menos significativos del estilo típico de la escuela del autor. Por ejemplo, para restaurar correctamente una pintura habrá que centrar la atención en los lóbulos de las orejas, las uñas, la forma de los dedos de las manos y los pies, etc.
            El método Morelli es similar al que utiliza Sherlock Holmes para interpretar unas pisadas o la ceniza de un cigarrillo. Ambos se dedican a descubrir, a partir de indicios, al autor de un hecho.
Freud y los pequeños gestos inadvertidos
Según Morelli, los detalles marginales resultaban reveladores porque en ellos la subordinación del artista a las tradiciones culturales desaparecía y daba paso a una manifestación puramente individual.
Acentuando su atención en los detalles secundarios, el procedimiento de Morelli “muestra grandes afinidades con el psicoanálisis”, como bien reconoció Freud.
Nuestros pequeños gestos inadvertidos revelan nuestro carácter de una manera mucho más auténtica que cualquier postura formal que podemos preparar cuidadosamente.
Los ensayos de Morelli le representaron a Freud una propuesta de un método interpretativo que se basaba en considerar los detalles marginales e irrelevantes como indicios reveladores.
Justamente porque estos detalles se repetían de manera casi inconsciente, “por la fuerza de la costumbre”, es que proporcionaban la clave para acceder al núcleo más íntimo de la individualidad, a esos elementos sustraídos al control de la conciencia.
La semiótica médica o lectura de síntomas
Tanto en el método de Freud, como en el de Morelli y el de Holmes, los detalles minúsculos proporcionan la clave para acceder a una realidad más profunda, inaccesible por otros métodos.
Para Freud esos detalles son síntomas; para Holmes son pistas o indicios; para Morelli son rasgos pictóricos. Tanto Freud, como Conan Doyle y Morelli eran médicos y en los tres casos podemos invocar el modelo de la semiótica médica. La sintomatología es la disciplina que permite establecer un diagnóstico sobre la base de unos síntomas superficiales (signos), a menudo sin ninguna relevancia para el ojo del lego o del propio doctor Watson. La propia ciencia médica avanzó gracias a la formalización sistemática de numerosas conjeturas indiciarias.
Los orígenes remotos del paradigma indiciario
Hacia fines del siglo XIX, este modelo basado en la interpretación de indicios llegó a tener gran influencia en el campo de las ciencias humanas. Sin embargo, sus raíces eran mucho más antiguas.
Durante miles de años la humanidad vivió de la caza. Los cazadores aprendieron a reconstruir el aspecto y los movimientos de una presa invisible a través de sus rastros: huellas, excrementos, plumas, olores, etc. De esta manera, daban significado y contexto hasta la más mínima huella. Sucesivas generaciones de cazadores enriquecieron y trasmitieron ese patrimonio del saber, que hoy pervive en numerosos cuentos populares y figuras retóricas del habla cotidiana.
El arte adivinatorio propio de la Antigüedad se basaba en la lectura de mensajes escritos en las estrellas, en los cuerpos humanos y en casi todas partes.
Método experimental vs enfoque individualizante
Desde la teoría platónica del conocimiento, el paradigma indiciario sobrevivió oculto y eclipsado. Pero la censura decisiva es la aparición de un nuevo paradigma científico basado en la física de Galileo.
El uso sistemático de las matemáticas y del método experimental implicaba la necesidad de hacer mediciones y repetir fenómenos para postular una ley general aplicable a todos los casos futuros (inducción/deducción). Pero el paradigma indiciario hacía imposible esto último porque tenía por objeto ante todo lo cualitativo, el caso o la situación en cuanto individuales (abducción).
Es así que durante la Edad Contemporánea, y sobre todo con el positivismo, casi todas las disciplinas científicas intentaron seguir el método experimental, sin éxito. Así, la medicina combina hoy ambos métodos: los médicos siguen interpretando síntomas, pero utilizan clasificaciones de enfermedades para analizar la sintomatología específica de un paciente en particular. Esto genera algunos problemas, dado que no todos los síntomas que presenta un paciente se adecúan a la rígida clasificación “científica” de las enfermedades. El cuadro clínico de un paciente se revela como una situación mucho más compleja, que no siempre sigue la evolución prescrita por una clasificación simplista.
Los síntomas toman formas específicas de acuerdo a cada paciente y, por lo tanto, requieren tratamientos también específicos. El conocimiento real de una enfermedad sigue siendo indirecto e indiciario. Las autopsias médicas, por ejemplo, reconstruyen una historia previa a partir de las marcas presentes en un cuerpo inerte.
Pero otras disciplinas también utilizan el paradigma indiciario. La meteorología combina el método experimental y el conjetural. Durante siglos, se apropió de saberes populares y hasta el día de hoy actúa interpretando las formas de las nubes, la velocidad y dirección del viento, el comportamiento de los animales, leyendo mapas, etc.
La grafología es otra disciplina que reconstruye la personalidad y el “carácter” de un individuo a partir de la forma de sus “caracteres”, es decir, de la forma de la letra por él escrita.
Durante el siglo XVIII, la burguesía se apropió del saber popular tradicional conjetural de artesanos y campesinos para confeccionar la Enciclopedia, que tanto leyeron los hombres de las luces.
El paradigma escritural en las disciplinas conjeturales
Pero las disciplinas conjeturales ya habían comenzado a sufrir una drástica cesura con la progresiva imposición del paradigma escritural, surgido a partir de la invención de la imprenta. La radical decisión de descartar todo lo que no fuera reproducible (por escrito o por la imprenta) del texto hizo posible evitar lo cualitativo.
Así, se descartaron como no pertinentes los elementos relacionados con la voz, el gesto y las características de la escritura a mano. El resultado fue una progresiva mecanización y adormecimiento de los sentidos.
Galileo encaminó a las ciencias naturales por una vía que jamás han abandonado, que tendía a alejarlas del antropocentrismo y del antropomorfismo.
El resurgimiento del paradigma indiciario en las ciencias humanas
A pesar de la aspiración del materialismo-histórico por lograr un conocimiento sistemático de la sociedad, las ciencias humanas acabaron por adoptar cada vez más el paradigma indiciario. Pero una cosa es analizar estrellas, pisadas y nubes y otra muy distinta es la escritura, la pintura o el discurso. La distinción entre naturaleza y cultura es fundamental.
Es así que a fines del siglo XIX el poder estatal empieza a extender sobre la sociedad una espesa red de controles que atribuyen una identidad a través de características que eran triviales. Así, se aplicó en Francia un método antropométrico basado en la medición meticulosa de detalles físicos.
Para ello se confeccionaron manuales de identificación de personas en base a las medidas de las orejas, por ejemplo. Un error en unos pocos milímetros podría acarrear errores judiciales. La hipótesis de Guinzburg es que estos métodos se desarrollaron paralelamente a la intensificación de la lucha de clases. Según esta óptica, el análisis “científico” de las huellas dactilares constituiría una nueva ofensiva de la burguesía para servir a sus fines imperialistas o reprimir la lucha obrera.
La dactilografía cree encontrar en la yema de los dedos la prueba oculta de la individualidad, tal como los adivinos que leen las líneas de la palma de la mano.
La amplificación de la individualidad se desarrollo en estrecho contacto con el Estado y sus órganos burocráticos y policiales. Lo que para los administradores británicos había sido una masa indiscernible de rostros bengalíes, pasó a ser una serie de individuos clasificados según una especificidad biológica.
Lo cierto es que, para Guinzburg, el paradigma indiciario en poder del Estado sirvió para desarrollar unos controles cada vez más sofisticados del individuo en la sociedad.
En definitiva, el paradigma indiciario se trata de una forma de saber que se resiste a ser formalizada de manera sistemática. Es una manera de conocer estrechamente ligada a los sentidos y al contexto, reflejando el vínculo entre el animal humano y las otras especies animales.

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