13.5.13

Said - Orientalismo

El orientalismo como relación de poder

Edward Said fue un reconocido escritor palestino que enseña literatura inglesa y estadounidense en la Universidad de Columbia, dirige el movimiento palestino en los Estados Unidos, y se ha dedicado al estudio de la manera como Occidente inventa un discurso-poder sobre Oriente.

Escribe Said: "Orientalismo [...] es un modo de relacionarse con Oriente basado en el lugar especial que éste ocupa en la experiencia de Europa Occidental".
Experiencia occidental que está basada en el colonialismo. Oriente es el "otro" de Occidente. Es frente a Oriente que Occidente se ha definido, ha formado su imagen y ha elaborado su propia caracterización. Esta invención de Oriente por Occidente se basa en las prácticas administrativas coloniales, en discursos de los representantes del imperio de turno, pero también en intelectuales desde Sófocles hasta Hegel.
El imperialismo no es sólo una empresa militar, económica y política, es también una empresa cultural y literaria.
"La relación entre Oriente y Occidente es una relación de poder, y de complicada dominación". El orientalismo es un signo del poder nord-atlántico sobre Oriente. Said considera que este discurso orientalista llega hasta el presente. Hay una hegemonía de ideas europeas adquirieron fuerza e identidad al ensalzarse a sí misma en detrimento de Oriente, al que consideraba una forma inferior y rechazable de sí misma. Oriente fue orientalizado.
El orientalismo proviene de una relación muy particular que mantuvieron Francia y UK con oriente, que hasta principios del siglo XIX sólo se había limitado a las Indias y a las tierras bíblicas. Desde el comienzo de ese siglo Francia y UK dominaron Oriente y el orientalismo, y desde la WWII ese papel lo ocupa USA y se relaciona del mismo modo que lo hicieron esos países.

Objetivo del estudio: no se trata de la correspondencia entre Oriente y Occidente, sino de la coherencia interna del orientalismo y sus ideas sobre Oriente, más allá de sus correspondencias con el oriente real.

Puntualizaciones

En tanto entidades geográficas y culturales, Occidente y Oriente son creación del hombre. Sin embargo, Said puntualiza que sería un error concluir que Oriente es una idea sin su realidad correspondiente.
La segunda puntualización se refiere a que las ideas, culturas e historias no pueden entenderse sin estudiar al mismo tiempo las relaciones de poder. El orientalismo no es una creación ingenua y necesaria de la imaginación. Más bien es el producto de una relación de poder: Occidente ejerció diferentes grados de hegemonía sobre Oriente a lo largo de la historia. Y esta relación de dominación (orientalismo) se materializa en diversas obras artísticas y científicas.
La tercera puntualización establece que no hay que creer que para desarmar esta estructura de poder baste con desenmascarar las mentiras con que se viste el orientalismo porque este conjunto de discursos se apoyan en instituciones académicas y políticas concretas que practican la dominación.
Desde el punto de vista cultural, el orientalismo se presenta hoy como un conjunto de discursos sobre Oriente producidos en Occidente para justificar una dominación material. La estrategia discursiva del orientalismo varía a lo largo del tiempo, pero siempre conservando la ventaja de Occidente sobre Oriente. El discurso orientalista se muestra flexible en la medida en que Occidente no pierda sus beneficios materiales ni su posición dominante.

Aspectos de la realidad contemporánea

Said expone tres aspectos de su realidad contemporánea para que pueda comprenderse su estudio sobre orientalismo.
En primer lugar señala que la distinción entre conocimiento puro y conocimiento político esconde que las tendencias ideológicas del primero influyen en la política, mientras que la ideología del segundo hace que se de por supuesto una postura política.
Esto forma parte de un consenso generalizado que el conocimiento "verdadero" es fundamentalmente no político. Hoy en día se utiliza despectivamente el adjetivo "político" para desacreditar cualquier investigación o publicación.
El orientalismo no es una simple disciplina que o tema político que se refleja pasivamente en la cultura. Tampoco es la manifestación de alguna conspiración que pretende oprimir al mundo "oriental". Por el contrario, es la distribución de cierta conciencia geopolítica en unos textos académicos y literarios.
También es la elaboración de serie de intereses y una voluntad o intención de comprender lo que manifiestamente es un mundo diferente. Pero sobre todo es un discurso que existe en virtud de un intercambio desigual con varios tipos de poder.
Por ejemplo, el poder político, representado por el Estado colonial o imperial; el poder intelectual (ciencias predominantes); el poder cultural (gustos, valores y prácticas hegemónicas) y el poder moral (ideas sobre lo que "nosotros" hacemos y "ellos" no pueden comprender del mismo modo). El orientalismo es una dimensión considerable de la cultura política e intelectual moderna y, como tal, tiene menos que ver con Oriente que con "nuestro" mundo.
Al problema del imperialismo y la cultura (orientalismo), Said da una doble respuesta. Por un lado, cree que casi todos los escritores del siglo XIX (Mill, Eliot, Dickens) eran extraordinariamente conscientes de la realidad del imperio y tenían ideas muy concretas sobre la raza y el imperialismo que pueden rastrearse en sus escritos. En segundo lugar, creer que la política tiene un efecto en la producción literaria no equivale a afirmar que la cultura es ago denigrado.
Actualmente existe una especial aversión a reconocer que las fuerzas políticas, institucionales e ideológicas actúan también en el autor, como individuo. En Orientalismo, justamente nos sitúa cara a cara con este asunto, con el hecho de reconocer que el imperialismo político rige todo un campo de estudios, de imaginación y de instituciones académicas, de tal modo que es imposible eludirlo desde un punto de vista intelectual e histórico. Podremos comprender mejor la persistencia y la durabilidad de los sistemas hegemónicos, como es la cultura, cuando reconozcamos que las coacciones internas que éstos imponen en los escritores y pensadores son productivas y no unilateralmente inhibidoras. Estudio el orientalismo como un intercambio dinámico entre los autores individuales y las grandes iniciativas políticas que generaron los tres grandes imperios en cuyo territorio intelectual e imaginario se produjeron los escritos.

La cuestión metodológica

Otro aspecto de la realidad contemporánea que Said expone es la problemática sobre los textos que deben considerarse pertinentes como puntos de partida para una investigación. En su opinión, no tenía sentido escribir una historia enciclopédica del orientalismo porque ese modelo narrativo carecía de una postura crítica y, por lo tanto, no se ajustaba a sus intereses descriptivos y políticos. Por eso, su punto de partida fue la experiencia británica, francesa y americana en Oriente (colonialismo). También limita a la experiencia en el mundo árabe y el mundo islámico.
Said enumera sus principales recursos metodológicos: la manera de describir la posición que el autor de un texto adopta con respecto al material oriental sobre el que escribe (localización estratégica) y la forma de analizar la relación entre los textos y el modo en que los grupos y los géneros textuales adquieren entidad y poder referencial entre ellos mismos dentro de una cultura (formación estratégica).
Utiliza la noción de estrategia porque Said entiende que todo escritor sobre Oriente tiene que definir su posición respecto a él para saber cómo abarcarlo y qué tipo de tono narrativo es el más conveniente para aproximarse a él. En definitiva, para que el orientalismo tenga sentido para el lector, es algo que depende más de Occidente que de Oriente. Y esto es así porque las técnicas occidentales de representación de Oriente en el discurso lo desplazaron como realidad para convertirlo en algo superfluo.
El trabajo de Said consiste en describir la autoridad histórica del orientalismo, y a las personas que son una autoridad en materia de orientalismo. La autoridad se forma, se irradia y se disemina; es instrumental y persuasiva; tiene categoría, establece los cánones del gusto y los valores; apenas se puede distinguir de ciertas ideas que dignifica como verdades, y de las tradiciones, percepciones y juicios que forma, transmite y reproduce
El conjunto de relaciones entre las obras, los públicos y algunos aspectos particulares de Oriente constituyen una formación que se puede analizar y cuya presencia en el tiempo, en el discurso y en las instituciones le da fuerza y autoridad. Lo que sucede es que Oriente deja de parecer un otro lejano y desconocido, y las representaciones lo vuelven  figuras relativamente familiares.
Estas representaciones, que no son “la verdad”, son las que circulan en el discurso cultural y al intercambio que sucede dentro de ella. El valor, la eficacia, fuerza y veracidad aparente dependen muy poco de Oriente como tal y no pueden instrumentalmente depender de él. Para el lector, la afirmación escrita es una presencia porque ha excluido y desplazado a Oriente como realidad y lo ha convertido en algo superfluo. Así, con todo lo que el orientalismo pretende reemplazar a Oriente, este se mantiene distante con respecto a él, porque que el orientalismo tenga sentido depende más de occidente que de Oriente, y en este sentido le debe mucho a las técnicas de representación que hacen que Oriente sea algo visible, que está allí en el discurso que se elabora sobre él.

La dimensión personal

En estos últimos párrafos de su Introducción, Said comenta que la razón que lo llevó a escribir este libro fue su propia experiencia personal: sus orígenes palestinos, en colonias británicas, sus vivencias durante los años cincuenta (movimientos de descolonización, turbulencias en las relaciones Este-Oeste, guerra fría).
Por último, Said advierte sobre el reforzamiento de los estereotipos a través de los cuales se observa Oriente. Esto sería el resultado de la estandarización de los estereotipos culturales que exigen la televisión y el cine y que constituye hoy una característica del mundo electrónico postmoderno.
Habiendo contribuido al conocimiento del modo en que actúa la dominación cultural, Said cree poder fomentar un nuevo tipo de relación con Oriente, para eliminar "Oriente" y "Occidente" y, así, avanzar en el proceso de lo que Raymond Williams llamó el "desaprehensión del espíritu inherente de dominación".

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