13.5.13

Baumann - El ritual implica 'otros'

            Lecturas estrechas de Durkheim, dice Baumann en la conclusión, “ven a los rituales como la cristalización de valores básicos generalmente aprobados por las comunidades que los realizan, teniéndose como perspectiva a ellos mismos, para crear y confirmar su cohesión como comunidad”.

            Pero “en las sociedades plurales esta posición es complicada por la presencia de ‘otros’. Los rituales, entonces, tendrán tanto que ver con un ‘nosotros’ como con un ‘ellos’”.
            El autor de este ensayo comienza con un ejemplo de la aparición en un periódico semanal de Londres de una noticia sobre el servicio anual de conmemoración de los combatientes punjabíes en la primer guerra mundial. El ejemplo le sirve para presentar su hipótesis inicial: Baumann sostiene que este ritual, en vez de reproducir la diferenciación entre un “nosotros” y un “otros”, es producido para reformular dicha división.

Objetivos y propuestas
            Baumann cree necesario reformular el enfoque con el que, desde Durkheim, se estudian los rituales en sociedades culturalmente heterogéneas con cosmovisiones distintas (plurales).
            En primer lugar sugiere que los rituales no siempre son realizados por comunidades homogéneas, sino que también participan miembros de diversos orígenes. En sociedades plurales, frecuentemente se observa la participación de miembros externos (outsiders).
            Además cree que los rituales no siempre celebran la perpetuación de ciertos valores sociales, sino que también pueden reflejar aspiraciones a un cambio cultural.
            La observación a la que está constantemente expuesto un ritual público sugiere la posibilidad de que esté siendo dirigido a un “otro”, aunque no se trate de una presencia física. Los rituales también pueden ser dirigidos a una categoría referencial para negociar las relaciones con estos “otros” y para reclamar reconocimiento público.

Rituales públicos: la presencia de otros
            Para ilustrar la función que cumplen los rituales públicos en los reclamos de reconocimiento, Baumann convoca el ejemplo de la apertura oficial de un centro deportivo comunitario.
            El ritual cívico de apertura fue realizado en base a una agenda simbólica que tenía como objetivo político el reconocimiento de sus reclamos de acceso a determinados derechos.

Navidades familiares: el “otro” como referente
            Para demostrar sus hipótesis, Baumann estudiará dos rituales domésticos de familias punjabíes del suburbio londinense de Southall: las navidades y las celebraciones de cumpleaños infantiles.
            Ambos rituales se tornan centrales a la hora de redefinir la red de relaciones con los “otros”, aún cuando éstos estén ausentes físicamente durante el ritual, están presentes como referentes culturales. La negociación de las relaciones entre ellos ubica al ritual al servicio de aspiraciones vinculadas a un cambio cultural y a nuevas definiciones de sí mismos.
            Diversas familias sikhs adoptaron y adaptaron un ritual totalmente ajeno como la navidad cristiana occidental, permitiendo ciertas costumbres como los saludos y los intercambios recíprocos, pero conservando otras como las comidas típicas sudasiáticas.
            Lejos de adoptar la figura del Papá Noel distribuidor de todos los regalos, los punjabis cristianos entregan y reciben los regalos cara a cara.
            Con sus compañeros de escuela, los niños exageran el grado de celebración al que llegan sus familias cuando festejan la navidad con el fin de proteger a sus padres de ser considerados conservadores. Mientras, los adultos calculan los méritos de ir demasiado lejos o no en la réplica de un ritual originariamente extranjero.

Los cumpleaños infantiles: “sus” ritos y “los nuestros”
            En el Punjab, los cumpleaños individuales no se celebraban. Pero los niños punjabíes residentes en Londres comenzaron a notar las celebraciones de sus pares ingleses, por lo que por los años setenta sus padres empezaron a responder a las nuevas expectativas.
            Ya en la década del ochenta los festejos eran comunes entre los niños punjabíes ingleses. Pero en lugar de ser invitados todos sus pares de edad, como en las celebraciones anglo-europeas, eran invitados los mayores, la familia punjabí.
            Baumann analiza la celebración organizada para el cumpleaños de dos hermanos en forma conjunta. Esto marca una primer diferencia con los rituales clásicos europeos, en los cuales cada homenajeado tenía su festejo por separado.
            De todas formas, la falta de entusiasmo por la celebración quizás explique la atmósfera apagada de la sala en la que se ubicaban los adultos. No obstante, los padres habían envuelto los regalos y preparado una torta de cumpleaños para ser compartida.
            Luego de cantar el feliz cumpleaños en inglés, todos los invitados mayores se dispusieron a alimentar a los homenajeados. Esto invertía el ritual clásico europeo, que ordenaba que los homenajeados fueran los que repartían la torta entre sus invitados.
            Esto, y el hecho de que hayan bailado el bhangra, permite pensar que, si bien refleja un alejamiento evidente de las tradiciones punjabíes, al mismo tiempo se registra una reafirmación de concepciones punjabíes.
           
Evidencia desde las sociedades no-plurales
            Los rituales, por lo general, suelen ser retratados como realizaciones cerradas de congregaciones unificadas. En sociedades no-plurales, los “otros” también están implicados en el ritual y pueden participar en formas socialmente diferenciadas como invitado, observador, huésped o testigo.
            Baumann evoca su primer trabajo de campo, en 1976: el Festival de la lluvia que llevan a cabo los Miri de Sudán. Este ritual está estructurado en base a una división rural-urbana, y el objetivo de los aldeanos es negociar su identidad con la sociedad árabe-parlante de las ciudades del Sudán.
            Si bien el ritual debe ser visto como un mensaje hacia “otros”, a su vez, consiste en lo que Leach denominó “mensajes colectivos a nosotros mismos”. La definición de un “nosotros”/”otros” no sólo es contextual sino dialéctica.

Conclusión
            Al final, Baumann concluye que la visión de Durkheim de lo que es un ritual fue siempre asumida de forma esencialista. Para éste, la sociedad no era un hecho empírico sino más bien una idea abstracta.
            Los etnógrafos que consideraron a la sociedad como un objeto empírico mantuvieron presupuestos que el registro etnográfico no sostiene. Porque, en definitiva, las sociedades, remata Baumann, no constituyen una mónada cerrada, sino que más bien tienen ventanas y se definen a sí mismas, durante los rituales, en el mirar a través de ellas. 

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