13.5.13

Bourdieu - La codificación

Bourdieu elabora la noción de hábitus para demostrar que hay otros principios generadores de las prácticas más allá de la norma explícita. Así, discute contra lo que llama la “juridicidad”, los etnólogos que describen una realidad social a partir de sus reglas. En algunas sociedades para dar cuenta de lo que la gente hace y comprender sus prácticas hay que suponer que obedece a un “sentido del juego”, sin obedecer a reglas explícitamente enunciadas como tales.

El hábitus como sistema de disposiciones para la práctica, es un fundamento objetivo de conductas regulares, y las prácticas pueden preverse porque el hábitus hace que los agentes que están dotados de él se comporten de una cierta manera en ciertas circunstancias. Esta tendencia a actuar de una manera regular puede servir de base a una previsión que no encuentra su principio en una ley explícita. Esto hace que las conductas engendradas por el hábitus no tengan la misma regularidad que las deducidas de un principio legislativo, porque el hábitus tiene una parte ligada con lo impreciso y lo vago.
Luego Bourdieu analiza como se produce el proceso de codificación en una sociedad: codificar, para él, es poner formas (a estas prácticas no codificadas). Porque la mayor parte de las conductas ordinarias somos guiados por esquemas prácticos, o esquemas informacionales. Estos esquemas son disposiciones casi corporales que funcionan en estado práctico y en ciertos casos pasar al estado objetivado.
La objetivación que opera la codificación introduce la posibilidad de un formalización, y ella hace posible la instauración de una normatividad explícita, la de la gramática o el derecho. La codificación es un cambio de naturaleza que se opera cuando se pasa de esquemas lingüísticos dominados en estado práctico a un código, una gramática por el trabajo de codificación, que es un trabajo jurídico.
La codificación es una puesta de orden simbólica, a menudo a cargo de las grandes burocracias del estado, que minimiza el equívoco y la imprecisión, en particular en las interacciones. Y acá Bourdieu se mete con el tema la diferencia entre culturas: “El encuentro entre dos grupos muy alejados es el encuentro de dos series causales independientes. Entre personas del mismo grupo, dotadas del mismo hábitus, todo es evidente, hasta los conflictos. Pero con hábitus diferentes aparece la posibilidad del accidente, de la colisión: aquí la codificación es capital porque asegura una comunicación mínima.
Objetivar también es hacer público, conocido por todos. La publicación es el acto de oficialización por excelencia. El efecto de oficialización se identifica con un efecto de homologación. Homologar es asegurar que se dice la misma cosa cuando se dicen las mismas palabras. La publicación es una operación que oficializa, porque implica el conocimiento y consenso de todos sobre la cosa descubierta. El efecto de formalización es el último rasgo asociado a la codificación. Codificar es terminar con lo impreciso, lo vago y las fronteras mal trazadas al establecer fronteras tajantes
La codificación hace las cosas simples, claras, comunicables: hace posible un consenso controlado sobre el sentido. Entonces la formalización es lo que permite conferir a las prácticas una lógica independiente de los casos particulares que asegura la previsibilidad por encima de las fluctuaciones temporales.

Violencia simbólica: Bourdieu asegura que la formalización, a través del derecho, ejerce una violencia simbólica sobre quien opera, poniendo formas. Poner formas es dar a una acción o a un discurso la forma que es reconocida como conveniente, legítima y tal que se puede producir públicamente y presentada de otra manera sería inaceptable (por ejemplo el eufemismo). La fuerza de la forma, es la fuerza simbólica que permite a la forma ejercerse plenamente al desconocerse como fuerza y presentarse bajo la apariencia de la universalidad.

Al final del texto Bourdieu se hace la pregunta sobre si es necesario elegir entre el objetivismo y el subjetivismo, y plantea su tercera posición a lo que considera un falso binarismo: “En realidad la regla actúa por la fuerza de la forma. Es cierto que si las condiciones sociales de eficacia no están reunidas, no puede nada por si sola. Sin embargo, en tanto que regla con pretensión universal, agrega su fuerza propia, la del efecto de racionalización.


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