13.5.13

Contreras - Una aproximación a la noción de industrias culturales

El concepto “industria cultural” está vinculado a la Escuela de Frankfurt y surge para señalar un cambio radical en la forma de producción como del lugar social de la cultura en la segunda mitad del s. XX. Esta transformación está vinculada a dos factores: la expansión del mercado cultural y la aplicación de los principios de la organización del trabajo taylorista a la producción cultural.

Los binomios cultura e industria, arte y capital, iban a alcanzar síntesis contradictorias dada la ambivalencia intrínseca de la producción cultural susceptible de reproducción: por un lado, generación y renovación de formas culturales y posibilidades de democratización de su recepción; y por otro lado, irrupción directa del capital en el ámbito de la cultura como condición misma de esta producción.
Otra línea de estudio es la llamada Estructuralista, desarrollada por un grupo de marxistas franceses encabezados por Althusser. Esta presupone una relación entre las estructuras, relaciones económicas y la naturaleza de la cultura que producen los medios masivos en una sociedad capitalista. Estos autores presentan a los medios masivos junto a la Iglesia, la escuela y la familia como “aparatos ideológicos de Estado”; actuando como asociados ideológicos a los “aparatos represivos de Estado” como la policía y el ejército. Esta concepción reduce a las industrias culturales a meros instrumentos de la clase en el poder. Desde la perspectiva de la economía de las comunicaciones, el concepto “industria cultural” es entendido como un conjunto de ramas, segmentos y actividades auxiliares industriales productoras y distribuidoras de mercancías con contenidos simbólicos, concebidas por un creativo, organizadas por un capital y destinadas a los mercados de consumo, con una función de reproducción ideológica y social.
-Los mass-media desempeñan una función directamente económica al generar plusvalía a través de la producción de mercancías y del intercambio; y desempeñan una función económica indirecta, a través de la publicidad, creando plusvalía dentro de otros sectores de la producción de mercancías.
-Hablar de una función de reproducción ideológica y social, significa reconocer la participación de las industrias culturales en la formación de la opinión pública, en la creación y promoción de ciertas estéticas, en la definición de la agenda política, en la selección de las manifestaciones artísticas y culturales que tienen acceso al mercado y en la construcción del imaginario colectivo. En este sentido, los productos de las industrias culturales son portadores de contenidos, conllevan valores vinculados a la producción y mantenimiento de la concepción del mundo de un conjunto social.

Cuáles son las industrias culturales
La industria editorial, fonográfica, el cine y la edición de video; la prensa, la radio y la televisión; la publicidad, la producción de video, algunos aspectos de la informática y electrónica y ciertos segmentos culturales como el diseño gráfico o la imagen de producto. La industria cultural es guiada y organizada por un capital que busca reproducir y ampliar su valor, estructurando procesos de trabajo y producción.
La cultura tradicional no industrializada (artes plásticas, de representación); las actividades culturales e informativas no mercantiles (fanzines, radios libres, actividades de Casas de Cultura, etc.) y la artesanía quedan fuera del concepto de industria cultural.
También hay que diferencias entre las industrias culturales (producción y consumo cultural)y las actividades de ocio (uso del tiempo libre); en este último rango entran: bricolage, turismo no cultural, deporte, relaciones interpersonales).
También hay que diferenciar las industrias culturales “productoras de símbolos y contenidos culturales”, de las industrias “suministradoras de soportes materiales (discos compactos, papel), equipos (televisores, computadoras) o redes de comunicación (telefonías, proveedores de servicios de internet).

Rasgos específicos de las industrias culturales
Trabajo creativo y la intangibilidad del contenido /Renovación continúa /Aleatoriedad en la realización  /Eficacia social.

El trabajo de tipo creativo es imprescindible en la producción cultural ya que otroga el valor de uso de la mercancía cultural; esto es, el carácter único e insustituible del contenido simbólico transportado por algún soporte.
-La renovación de las mercancías culturales viene impuesta por la naturaleza misma de los bienes simbólico-ideológicos, en tanto participan de las relaciones sociales dominantes, a través del modo comunicacional y de sus contenidos.
-La aleatoriedad en la realización está vinculada a la incertidumbre con respecto a la formación de la demanda de los bienes culturales.
-La eficacia social está vinculada a la función de reproducción social y cultural.

Economía política de la comunicación y la cultura: un abordaje crítico de la industrialización de la cultura:
La base analítica de la economía política de la comunicación está constituida por el rol de los medios en el proceso de acumulación de capital, esto es, el problema de las clases sociales, los medios y la legitimación de la estratificación social, la relación entre producción material y producción intelectual. La economía política de la comunicación y la cultura no puede soslayar la problemática de la relación estructura/superestructura, pero al abordarla hay que evitar la doble trampa del reduccionismo económico y de la autonomización idealista del nivel ideológico. El proceso de desarrollo capitalista está marcado no por la total determinación de las formas de la economía capitalista sino, por el contrario, por una serie de relaciones cambiantes entre lo económico y otras instancias, cada una interactuando con las demás en un proceso de desarrollo desigual y contradictorio.

Actualidad y relevancia de este enfoque
El desenvolvimiento de la economía política de la comunicación y la cultura se presenta como un área de estudios de gran importancia. Las industrias culturales han profundizado un proceso de internacionalización y concentración dando lugar a la formación de unos pocos grandes conglomerados. No obstante, peculiaridades de la industria cultural: se trata de un proceso desigual según las industrias y los países en el que hay un margen para las pequeñas empresas, para el trabajo autónomo y la creatividad; se trata de un proceso inacabado.
Por todo esto, podemos decir que el campo de la comunicación y la cultura se constituyen en un desafío para la formulación de políticas hacia el futuro, donde el rol del Estado, aunque no necesariamente como interventor, sigue siendo decisivo.

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