Según Adorno, la noción de mediación
describe un proceso activo de relación entre la base y la superestructura, más
específicamente entre sociedad y arte. Así, la cultura puede ser una mediación
de la sociedad.
Para Frederic Jameson, la mediación
es un conjunto de términos o lenguaje particular para analizar dos tipos
diferentes de objetos. Así, las mediaciones se transforman en un dispositivo
del analista.
Hacia una reformulación del
concepto de mediación
El concepto de mediación debe ser
vinculado a las formaciones ideológicas, las materializaciones discursivas, los
procesos cognitivos sociales (inteligibilidad) y las culturas.
A diferencia de lo que planteaba
Geertz, una sociedad no tiene un solo modelo de mediación ya que éstos son ideológicos,
es decir, remiten a clases en conflicto.
Los modelos de mediación se
materializan en discursos. La mediación constituye un proceso que vincula
ciertos modelos ideológicos de inteligibilidad con las materializaciones
discursivas que los ponen en escena comunicacionalmente.
Estos modelos ideológicos de
inteligibilidad son los que permiten asignar y construir sentido y entran en conflicto
con otros modelos, tanto anteriores como contemporáneos.
La mediación se revela así como un proceso
ideológico y sociocognitivo (trabajo) de asignación y construcción de sentido,
tanto en la comunicación directa como mediatizada.
Desde una perspectiva diacrónica,
los modelos de mediación se van transformando dentro de un proceso
dialéctico con las condiciones sociales de producción.
Desde una perspectiva sincrónica,
los modelos de mediación entran en conflicto con otros modelos en la
lucha por imponer una concepción del mundo o de la realidad social.
El lenguaje como mediación
La hipótesis de Sapir y Whorf sostiene
que la estructura del lenguaje determina el pensamiento. Así, la cosmovisión
depende de la lengua.
Pero este relativismo lingüístico es
simplista y no tiene en cuenta los conflictos ideológicos subyacentes dentro
de una misma comunidad de hablantes.
Ningún objeto es accesible de manera
directa porque media siempre el lenguaje, es decir, lo instituido, lo
convencional.
La mediación del lenguaje es un
sistema de construcción de sentido que opera clasificando y ordenando elementos
que no estaban codificados en una cultura o que deben recodificarse. Produce inteligibilidad
en relación con el contexto histórico en el que se genera.
Dentro de una misma cultura, un
mismo modelo de mediación puede ser utilizado de manera diferente para producir
un discurso y construir sentido. Cada vez que los modelos de mediación se
materializan en los discursos, se resignifican.
Distintos modelos ideológicos se
materializan en discursos. Así, los discursos se encuentran atravesados por intereses
económicos particulares (Ejemplo: Clarín y Perfil tratan los mismos hechos
pero desde distinto punto de vista) y por conflictos de clase (Ejemplo: el
programa de Mariano Grondona). En la traducción intralingüística de un
sociolecto a otro la transposición se realiza entre una cultura oficial y
una cultura subalterna.
La mediación es siempre
multicodificada (verbal y no verbal), a pesar de que en Occidente se privilegien
ciertos paradigmas auditivos y visuales. En otras culturas, los modos de
inteligibilidad hegemónicos se establecen en torno al color. Otros
construyen su cosmovisión a partir del sentido del olfato o el tacto.
El discurso como materialización
de la mediación
En los discursos sociales se
materializan sistemas interpretantes configurados a partir del proceso
ideológico de construcción de inteligibilidad sobre el mundo (mediación).
Así, el mundo es conocido, no forma
inmediata, sino a través de estos sistemas interpretantes. Pero también
a través de otras formas discursivas como los géneros discursivos, las
retóricas, las secuencias textuales (narrativas, argumentativas, descriptivas,
etc.) y los estilos.
Cuando se estudia Historia en los
centros académicos oficiales, se privilegia la lectura de ciertos géneros
discursivos (manuales) que están escritos en prosa, en un estilo
uniforme y que utilizan determinados sistemas metafóricos.
Pero la Historia sigue estando
ausente: sólo accedemos a un discurso que es el resultado de una mediación
operada a través de ciertos sistemas interpretantes. En usos como éstos, sin
embargo, se resignifican los modelos de mediación.
Problemas a discutir
En una cultura pueden coexistir
varios modelos de mediación entrando en disputa por el sentido o no. Al
responder a determinados sistemas ideológicos, deben ser estudiados desde una
perspectiva tanto sincrónica como diacrónica, partiendo siempre desde las
materialidades discursivas.
Si bien los modelos de mediación permiten
acceder al conocimiento del mundo, de la historia y de la realidad social,
también operan como una guía para las prácticas políticas.
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