13.5.13

Contursi - Mediación, inteligibilidad y cultura

La génesis del concepto de mediación

            Según Adorno, la noción de mediación describe un proceso activo de relación entre la base y la superestructura, más específicamente entre sociedad y arte. Así, la cultura puede ser una mediación de la sociedad.
            Para Frederic Jameson, la mediación es un conjunto de términos o lenguaje particular para analizar dos tipos diferentes de objetos. Así, las mediaciones se transforman en un dispositivo del analista.


Hacia una reformulación del concepto de mediación

            El concepto de mediación debe ser vinculado a las formaciones ideológicas, las materializaciones discursivas, los procesos cognitivos sociales (inteligibilidad) y las culturas.
            A diferencia de lo que planteaba Geertz, una sociedad no tiene un solo modelo de mediación ya que éstos son ideológicos, es decir, remiten a clases en conflicto.  
            Los modelos de mediación se materializan en discursos. La mediación constituye un proceso que vincula ciertos modelos ideológicos de inteligibilidad con las materializaciones discursivas que los ponen en escena comunicacionalmente.
            Estos modelos ideológicos de inteligibilidad son los que permiten asignar y construir sentido y entran en conflicto con otros modelos, tanto anteriores como contemporáneos.

            La mediación se revela así como un proceso ideológico y sociocognitivo (trabajo) de asignación y construcción de sentido, tanto en la comunicación directa como mediatizada.
            Desde una perspectiva diacrónica, los modelos de mediación se van transformando dentro de un proceso dialéctico con las condiciones sociales de producción.
            Desde una perspectiva sincrónica, los modelos de mediación entran en conflicto con otros modelos en la lucha por imponer una concepción del mundo o de la realidad social.


El lenguaje como mediación

            La hipótesis de Sapir y Whorf sostiene que la estructura del lenguaje determina el pensamiento. Así, la cosmovisión depende de la lengua.
            Pero este relativismo lingüístico es simplista y no tiene en cuenta los conflictos ideológicos subyacentes dentro de una misma comunidad de hablantes.
            Ningún objeto es accesible de manera directa porque media siempre el lenguaje, es decir, lo instituido, lo convencional.
            La mediación del lenguaje es un sistema de construcción de sentido que opera clasificando y ordenando elementos que no estaban codificados en una cultura o que deben recodificarse. Produce inteligibilidad en relación con el contexto histórico en el que se genera.
            Dentro de una misma cultura, un mismo modelo de mediación puede ser utilizado de manera diferente para producir un discurso y construir sentido. Cada vez que los modelos de mediación se materializan en los discursos, se resignifican.
            Distintos modelos ideológicos se materializan en discursos. Así, los discursos se encuentran atravesados por intereses económicos particulares (Ejemplo: Clarín y Perfil tratan los mismos hechos pero desde distinto punto de vista) y por conflictos de clase (Ejemplo: el programa de Mariano Grondona). En la traducción intralingüística de un sociolecto a otro la transposición se realiza entre una cultura oficial y una cultura subalterna.
            La mediación es siempre multicodificada (verbal y no verbal), a pesar de que en Occidente se privilegien ciertos paradigmas auditivos y visuales. En otras culturas, los modos de inteligibilidad hegemónicos se establecen en torno al color. Otros construyen su cosmovisión a partir del sentido del olfato o el tacto.


El discurso como materialización de la mediación

            En los discursos sociales se materializan sistemas interpretantes configurados a partir del proceso ideológico de construcción de inteligibilidad sobre el mundo (mediación).
            Así, el mundo es conocido, no forma inmediata, sino a través de estos sistemas interpretantes. Pero también a través de otras formas discursivas como los géneros discursivos, las retóricas, las secuencias textuales (narrativas, argumentativas, descriptivas, etc.) y los estilos.

            Cuando se estudia Historia en los centros académicos oficiales, se privilegia la lectura de ciertos géneros discursivos (manuales) que están escritos en prosa, en un estilo uniforme y que utilizan determinados sistemas metafóricos.
            Pero la Historia sigue estando ausente: sólo accedemos a un discurso que es el resultado de una mediación operada a través de ciertos sistemas interpretantes. En usos como éstos, sin embargo, se resignifican los modelos de mediación.


Problemas a discutir

            En una cultura pueden coexistir varios modelos de mediación entrando en disputa por el sentido o no. Al responder a determinados sistemas ideológicos, deben ser estudiados desde una perspectiva tanto sincrónica como diacrónica, partiendo siempre desde las materialidades discursivas.
            Si bien los modelos de mediación permiten acceder al conocimiento del mundo, de la historia y de la realidad social, también operan como una guía para las prácticas políticas

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